El ajedrez es un deporte de concentración, paciencia y precisión donde la calma es ley. Sin embargo, como en cualquier competición, a veces el guion se rompe y las emociones explotan. Esto fue justo lo que ocurrió en la sexta ronda del Norway Chess, uno de los torneos más exigentes del calendario, cuando el prodigio noruego Magnus Carlsen, número uno del mundo, perdió ante el joven campeón indio Dommaraju Gukesh, y su frustración lo llevó a un gesto poco habitual: un puñetazo en la mesa que hizo caer las piezas del tablero.
Desde el inicio, Carlsen parecía dominar la partida con las piezas negras, mostrando la maestría que le ha hecho leyenda. Sin embargo, tras casi cinco horas de intensa lucha, un grave error de cálculo cuando la presión del reloj apremiaba, le hizo perder toda ventaja estratégica. Gukesh, pese a ser más joven e inexperto en los clásicos, aprovechó la oportunidad y con una precisión increíble, logró revertir la situación y acercarse a la victoria.
El momento crucial llegó en la jugada 52, cuando Carlsen cometió un fallo decisivo que le hizo ver que ya no había salvación. La partida había acabado, y él la había perdido.
En un acto de frustración, golpeó la mesa con ambas manos, provocando que las piezas saltaran al suelo. El joven indio se llevó las manos a la cara y comenzó a caminar lentamente por la sala, visiblemente impactado por la tensión del momento. Aunque él también admitió haber perdido la compostura en otras ocasiones, reconoció que nunca había visto una reacción tan intensa de un jugador de la talla de Carlsen.
That moment when World Champion @DGukesh won his game against World no.1 Magnus Carlsen!
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— ChessBase India (@ChessbaseIndia) June 1, 2025
No obstante, inmediatamente se disculpó, estrechó la mano de su rival y abandonó la sala, dejando a los espectadores impactados por la reacción del gigante del ajedrez.
Para Gukesh, esta victoria significó más que un triunfo: es la primera vez que derrota a Carlsen en una partida clásica y en el territorio del noruego. A pesar de la euforia, el joven campeón reconoció que durante la partida sólo buscó resistir y que la suerte jugó un papel fundamental en el resultado final.