El Bidasoa-Irún recibirá este sábado al Benidorm, en la vigésima tercera jornada liguera, con la obligación de ganar para recuperar el segundo puesto de la tabla que le arrebató el Logroño al ganar el miércoles un partido adelantado.
El equipo irundarra, que sólo ha perdido contra el Barça en liga en 2019, es uno de los más solventes en campo propio, ya que de once partidos disputados en Artaleku ha ganado ocho, ha perdido ante Barça y Logroño y ha cedido un inesperado empate hace quince días frente al Frigoríficos del Morrazo.
Los dirigidos por Jacobo Cuétara no pueden permitirse más deslices de ese tipo si quieren entrar en Europa a través de la liga o incluso acabar segundos.
Antes de empezar esta jornada, Bidasoa-Irún (30 puntos), Logroño (29), Ademar León (29), Fraikin Granollers (28) e incluso Liberbank Cuenca (26) eran los equipos que optaban a los puestos segundo, tercero y cuarto, los que clasificarán para Europa salvo que otro equipo no situado en ellos gane el pasaporte europeo que se va a repartir en la Copa.
Con semejante competencia e igualdad, el Bidasoa-Irún es consciente de que debe sumar prácticamente todos los puntos de las seis próximas jornadas antes de visitar en la penúltima al Logroño, en un choque que será crucial.
El partido de este sábado, en el que el lesionado Adrián Crowley será el único ausente en el bando local, supondrá el número cien de Jon Azkue con la camiseta amarilla en la Liga Asobal.