El Bidasoa-Irun viaja este jueves a Alicante con la ilusión de alcanzar la final de la Copa del Rey de balonmano y certificar en esta competición su regreso a las competiciones europeas, aunque para ello deberá superar a difíciles rivales.
Tras eliminar sucesivamente a Alarcos Ciudad Real, Atlético Valladolid y Helvetia Anaitasuna, los irundarras se ganaron el derecho a estar en la fase final, un objetivo que ya consiguió hace dos años.
El sorteo de la Copa fue bien recibido en Irun, sobre todo por el hecho de que el Barça Lassa va por la otra parte del cuadro. Eso no significa que llegar a la final vaya a ser fácil, pero sí que, en el caso de hacerlo y siempre que no haya sorpresa con el Barça, los irundarras conseguirían un pasaporte europeo.
Para ello deberán superar dos eliminatorias. La primera, el viernes a las 18.30 ante el Liberbank Cuenca, que en la primera vuelta de la liga se impuso por 26-25 en su cancha y que es además, junto con el guipuzcoano, uno de los equipos más en forma de la segunda vuelta.
La eliminatoria se presenta muy equilibrada, con ligero favoritismo para el Bidasoa-Irun, que tiene cinco puntos más en la clasificación liguera.
En la semifinal los de Cuétara se enfrentarían al ganador del choque entre Abanca Ademar León y Fraikin Granollers, dos equipos a los que los irundarras han ganado por partida doble en liga, además de una tercera vez a los vallesanos, en la semifinal de la Copa Asobal.
El lesionado de larga duración Adrián Crowley es el único no disponible, aunque ha viajado a Alicante, mientras que el portero Xoan Ledo arrastra molestias físicas y es duda.
A lo largo de su historia, el Bidasoa-Irun ha conseguido dos títulos de Copa, en la temporada 90-91, cuando derrotó al Atlético de Madrid en la final, y en la 95-96, al superar en el último partido al Barcelona por 21-20. La participación en la final a 8 de León en 2017 supuso el regreso a una fase final de la Copa del Rey después de once años de ausencia.