El Liberbank Cuenca buscará el más difícil todavía y, tras sorprender al Bidasoa en cuartos y al Fraikin Granollers en semifinales, intentará romper los pronósticos este domingo (19:00) en la final de la Copa del Rey contra el todopoderoso Barcelona Lassa.
Una gesta que se antoja casi imposible, tras la solidez mostrada por el conjunto azulgrana ante el BM Logroño en un encuentro de semifinales en el que nunca corrió peligro la victoria de los de Xavi Pascual.
Si hace apenas una semana los de Miguel Ángel Velasco se convirtieron en el primer equipo español en "arañar" un punto al Barcelona en la presente temporada, tras empatar 28-28 en Logroño, este sábado no pudieron volver a sorprender a su rival
Sólo lograron tres tantos (9-3) en los primeros dieciséis minutos de un partido en el que los azulgranas salieron dispuestos a hacer pagar al Logroño su 'osadía' en el campeonato liguero.
Los de Xavi Pascual supieron administrar con oficio esa renta durante todo el partido, pese a la mejoría de los riojanos en la segunda mitad, en la que llegaron a tener la posibilidad de situarse a tres goles a falta de diez minutos para el final.
Pero el buen hacer del portero danés Kevin Moller, así como de los extremos Aleix Gómez y Víctor Tomás, autores de cinco dianas cada uno, permitieron al Barcelona sumar un triunfo (28-24) que le posibilitará pelear por su sexto título copero consecutivo.
Todo ello, sin necesidad, gracias a la política de constantes rotaciones, de agotar a sus jugadores, lo que permitirá al Barcelona llegar en perfectas condiciones a una final en la que el factor físico puede ser determinante.
Una de las dudas que se ciernen sobre el Liberbank Cuenca, que este sábado hizo historia al clasificarse por primera vez para la final, es saber si logrará mantener el frenético ritmo, especialmente en defensa, que le ha llevado a pelear por el título.
El cansancio, como reconoció el preparador conquense, Lidio Jiménez, ya empezó a notarse en el tramo final del duelo de semifinales con el Fraikin Granollers, en el que el Liberbank vio reducida a tres goles (24-21) los ocho tantos de ventaja de los que llegó a gozar.
Pero la ilusión y pasión que destila el cuadro conquense, todo un debutante en una fase final, le permitió resistir el acoso del Granollers para sellar (26-22) el pase a la final, que tendrá como premio añadido, ocurra lo que ocurra ante el Barcelona, un puesto en las competiciones europeos.
La plaza continental, sin embargo, no parece saciar la ambición del Liberbank Cuenca y de su ruidosa afición, la más numerosa en la gradas del pabellón Pitiu Rochel, que repite una y otra vez un retador "por qué no".
"Ya sé que es difícil, pero por qué no. Vamos a ver qué pasa", afirmó Jiménez a la conclusión del duelo de semifinales.
"Estamos ante una oportunidad histórica y nos lo tememos que creer. El Barcelona alguna vez tendrá que perder. Lo importante es estar ahí en ese momento para aprovecharlo. Tenemos toda la ilusión por intentarlo", añadió el preparador del Liberbank.
Lidio Jiménez parece tener en mente las palabras de su maestro, Zupo Equisoain, del que fue durante varios años su ayudante en Cuenca, y que ya logró otro imposible al arrebatar en 1999 la Copa del Rey con el Portland San Antonio a un Barcelona que, como el de hoy, parecía una máquina imbatible.
A base de defensa, portería y mucha fe, el conjunto navarro se impuso por 32-29 en la final disputada en Valladolid al "Dream Team" de Valero Rivera, las mismas armas que Lidio intentará utilizar para sorprender al Barcelona de Xavi Pascual.