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Óscar Raluy: "Las instituciones no se interesan por potenciar a los árbitros"

El colegiado de balonmano grancanario Óscar Raluy, que junto a su compañero Ángel Sabroso fue reconocido por noveno año por la Liga Asobal con el premio a la 'Mejor Labor Arbitral' 2018-2019, cree que las instituciones públicas no se interesan por potenciar a su colectivo.

"Los premios te motivan y te animan a seguir trabajando. Somos una pareja joven pero con veteranía y es un estímulo que te reconozcan lo que haces, aunque creo que este premio es extensivo a todos los árbitros del balonmano español", ha manifestado.

Raluy, funcionario de instituciones penitenciarias, ha indicado que las virtudes que debe tener un buen árbitro son trabajo, constancia y entender el juego.

"Hay que estudiar y pensar que el balonmano ha cambiado muchísimo, porque ahora es un deporte muy rápido. Hoy se nos pide el mínimo de interrupciones posibles para que haya mucho intercambio de goles y sea un juego más vistoso", ha comentado.

De igual forma, piensa que es importante que los árbitros se rodeen de gente con espíritu crítico.

"Debes apoyarte en quien te diga la verdad en los momentos claves, para saber que no estás haciendo bien las cosas y que debes reaccionar, para volver a ofrecer una buena labor a los equipos", ha señalado.

Por otra parte, cree que el gran nivel internacional alcanzado por la pareja grancanaria se debe a que ambos tienen una forma particular de dirigir, que le gusta a la gente.

"Dejamos que los jugadores sean los protagonistas del encuentro e intentamos tener los menores errores y, si los cometemos, que no sean decisivos. La gente nos valora porque tenemos un currículo extenso y hemos pitado en todos los grandes eventos", ha dicho.

Asimismo, ha asegurado que Ángel Sabroso y él tienen asumidas las críticas como algo inherente a su labor.

"El árbitro media para que dos partes puedan llegar a un entendimiento y jugar, pero siempre llevamos el error en la maleta y nos equivocamos porque tomamos decisiones", ha señalado.

Por otra parte, Óscar Raluy ha lamentado que, a su juicio, las instituciones públicas no se preocupen por potenciar la labor de su colectivo.

"Ahora lloverán infinidad de felicitaciones por el premio, pero mañana a nadie le importará qué es un árbitro. Fui a los Juegos y a la vuelta el Gobierno de Canarias concedió una ayuda a todos los deportistas excepto a mí porque no me consideraron como tal", ha manifestado.

Raluy ha afirmado que cuando se retire le gustaría dejar un arbitraje mejor que cuando lo encontró al llegar.

"Lo ideal sería que quien quisiese dedicarse al arbitraje tuviese una carrera con todas las garantías y no solo hablo de dinero, sino de ayudas psicológicas, médicas... Si nos lesionamos debemos pagar los gastos de nuestros bolsillos y esas cosas te van quemando", ha dicho.

Finalmente, ha revelado que Ángel Sabroso y él mismo ya se han planteado qué harán después de los Juegos del próximo año en Tokio.

"El ciclo olímpico marca la vida de los árbitros y nosotros ya llevamos unos doce años con un nivel infernal de viajes y de dirigir encuentros fuera de casa. Los dos tenemos críos pequeños y deberemos plantearnos si nos compensará seguir arbitrando" después de la cita de Japón, ha concluido.

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