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España, a refrendar su dominio en los banquillos con la corona de campeón

Javier Villanueva

Madrid, 13 sep .- El balonmano español afronta la nueva edición de la Liga de Campeones con un reto mayúsculo: superar el sobresaliente que obtuvo el pasado curso, tras situar a cuatro entrenadores nacionales en la "Final Four", y alcanzar la matrícula de honor, coronando a un equipo de la Liga ASOBAL como nuevo rey de Europa.

Un objetivo que se le resiste a España, el país que más títulos ha sumado -14- bajo la denominación actual de Liga de Campeones, desde el año 2015, cuando el Barça, entonces liderado por el francés Nikola Karabatic, se alzó con su novena corona en la máxima competición continental.

Para ello, el conjunto azulgrana, que el pasado año cayó en semifinales ante el Vardar macedonio, no ha dudado en hacerse con los servicios de uno de sus verdugos en aquel encuentro, el central croata Luka Cindric.

Un fichaje "galáctico" que multiplica, el ya de por sí, descomunal potencial de la plantilla azulgrana y que convierte a los de Xavi Pascual en uno de los grandes favoritos, sino el máximo, para ganar la Liga de Campeones.

La misma meta con la que arrancarán la competición otros dos equipos con marcado acento español, el París Saint-Germain, que dirige Raúl González, y el Veszprem húngaro, entrenado por el también español David Davis.

Dos superpotencias del balonmano continental que han tenido un comportamiento dispar en el mercado estival de fichajes, ya que si el campeón francés se ha mostrado extrañamente parco, el equipo magiar ha vuelto a hacer un alarde de su potencial económico.

La llegada del pivote brasileño Rogerio Moraes, el lateral Vuko Borozan y, sobre todo, la del primera línea danés Rasmus Lauge Schmidt permiten soñar a los húngaros con romper el maleficio que les persigue en un torneo, en el que el Veszprem ha sido subcampeón en tres de las cinco últimas ediciones.

Por su parte, el París Saint-Germain se ha limitado a cubrir la baja del retirado Thierry Omeyer con la llegada de Vincent Gerard a la portería y el cambio en el extremo izquierdo del alemán Uwe Gensheimer por el islandés Gudjon Valur Sigurdsson.

Complementos para una plantilla superlativa, en la que destaca la presencia de estrellas de la talla de Nikola Karabatic, el danés Mikkel Hansen o el noruego Sander Sagosen, que convierte al conjunto francés en el gran rival del Barça.

En espera de cualquier error de los tres máximos favoritos aguardarán su oportunidad para asaltar el trono continental el Pick Szeged húngaro, el Kielce polaco y el Vardar macedonio, el vigente campeón.

Tres equipos con un denominador común, la presencia de un entrenador en el banquillo, toda una garantía en esta competición.

Juan Carlos Pastor (Szeged), Talant Dujshebaev (Kielce) y David Pisonero, que sustituirá a Roberto García al frente del Vardar macedonio, apelarán a la pizarra para tratar de romper los pronósticos.

Una nómina de aspirantes a la que añadir a los conjuntos alemanes del Kiel y del Flensburg, que tratarán de acabar con la ausencia de tres años consecutivos de representantes de la Bundesliga en la "Final Four" de Colonia.

Con objetivos más modestos arrancará la competición el Bidasoa Irún que en su retorno, 23 años después, a la Liga de Campeones, torneo que ganó en 1995, peleará por acceder a la eliminatoria previa a los octavos de final.

Todo un reto para el conjunto guipuzcoano, que confiará en el mismo bloque que el pasado curso se proclamó subcampeón de la Liga ASOBAL, para superar una primera fase, en la que los de Jacobo Cuétara tratarán de refrendar el crecimiento exponencial que han vivido en los últimos años.

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