Los Mundiales de Natación de Kazán finalizaron con el histórico regreso de China al primer puesto del medallero, un honor que EEUU había monopolizado desde Barcelona 2003 y que el gigante asiático sólo había conseguido antes en la polémica edición de Roma 1994, envuelta en sospechas de dopaje.Antonio Broto
En esta ocasión, apoyada como siempre en su dominio en el trampolín, donde consiguió 10 de los 13 oros en juego, pero también en una buena actuación en la natación, con cinco oros, China ha vuelto a coronarse como la gran dominadora de la piscina, un honor que espera revalidar en los JJOO de Río de Janeiro el año que viene.
Aprovechando que EEUU aún no ha encontrado un relevo a los años dorados de Michael Phelps o Ryan Lochte, China ha logrado incluso victorias en modalidades donde no había destacado, como las pruebas masculinas de velocidad o los relevos.
Para China, de hecho, la victoria más importante del campeonato ha sido la del joven teniente de la Armada china Ning Zetao, que en los 100 metros libres consiguió el primer oro de la historia de un asiático en esa prueba de sprint.
Ning, además, se ha convertido en el gran ídolo deportivo de muchas aficionadas de su país, gracias a sus voluminosos pectorales y a su rostro de galán asiático.
De ser un desconocido que no había despuntado en torneos internacionales ha pasado a convertirse en el deportista de moda en el país.
Ning ha llegado incluso a eclipsar a Sun Yang, el mejor nadador chino de todos los tiempos, pese a que éste volvió a destacar en las pruebas de fondo con dos oros (en 400 y 800 metros libres) y una plata en los 200.
Sun recibió el premio al mejor nadador del Mundial, pero su sonada ausencia ayer, domingo, en su principal especialidad, los 1.500 metros libres, ha ensombrecido su actuación en Kazán.
La ausencia de Sun en la final de 1.500, que el nadador de Hangzhou achacó a problemas cardiacos (pese a que se había clasificado para la final con uno de los mejores tiempos) ha sido una de las grandes noticias del Mundial, dado que era el principal favorito, después de haber conseguido el oro en la especialidad en los dos últimos campeonatos así como en las Olimpiadas de Londres.
En el cuadro femenino, la gran protagonista para China ha sido otra recién llegada, Fu Yuanhui, quien con sólo 19 años logró el oro en los 50 metros espalda y en la última jornada ayudó al país asiático a obtener una inesperada victoria en el 4x100 estilos femenino que puso broche de oro a la actuación del país oriental.
La gran decepción de la natación china ha sido la nadadora Ye Shiwen, quien se convirtió en una de las grandes protagonistas de los JJOO de Londres 2012 al lograr dos oros, pero que en esta ocasión ha tenido una discreta actuación.
Ye, que fue campeona olímpica con sólo 17 años, se ha tenido que conformar en tierras rusas con un octavo y último puesto en la final de los 200 metros estilos, y en los 400 ni siquiera se clasificó para la final, en una modalidad en la que es plusmarquista mundial.
Los oros de la natación china, en un deporte tradicionalmente dominado por EEUU, Australia y las potencias europeas, han ayudado a apuntalar el incontestable dominio del país asiático en los saltos, donde la inacabable cantera de China monopolizó todos los oros masculinos.
En el cuadro femenino, donde tres de los cinco oros fueron para el gigante asiático, cabe destacar la hazaña de Wu Minxia, quien a sus 29 años logró en los saltos sincronizados de plataforma en tres metros su octavo oro en unos Mundiales, lo que la confirma como una de las mejores saltadoras de la historia.
La shanghainesa ya fue la primera en ganar tres oros en sendas Olimpiadas consecutivas (2004, 2008 y 2012) y su cosecha de oros en Mundiales, que ya empezó en Fukuoka 2001, la ha convertido en una leyenda.
A las proezas de la natación y los saltos se puede unir la buena actuación de China en natación sincronizada, una disciplina donde, con los oros reservados casi por decreto a las rusas, el país asiático consiguió seis de las nueve platas en juego, en detrimento de otras potencias de la especialidad como España o Japón.
Los triunfos de China en Kazán retrotraen al conseguido por el país asiático en los Mundiales de Roma 1994, en los que una nación asiática que hasta entonces apenas había destacado en las piscinas consiguió una espectacular cosecha de medallas en la natación, especialmente en el cuadro femenino, donde logró 12 oros.
Aquella gesta de las nadadoras chinas, sin embargo, quedó siempre en entredicho por las sospechas de dopaje, sobre todo después de que dos años después siete nadadoras del país asiático dieran positivo en unos Juegos Asiáticos y las campeonas mundiales chinas de 1994 cayeran en un sospechoso olvido.
La actuación china en Roma siempre quedará bajo la sombra de la sospecha e incluso 20 años después, sigue planteando dudas, a veces sin fundamento, en torno a los nadadores chinos.
El propio Sun Yang se ha sentido molesto en Kazán cuando en algunas ruedas de prensa se le ha relacionado con prácticas ilícitas, y Ye Shiwen, en Londres 2012, también debió hacer frente a acusaciones de dopaje -por parte de la prensa estadounidense- que nunca se confirmaron.