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Ryan Lochte ya se desconectó de la natación y se centra en la televisión

El nadador estadounidense Ryan Lochte volvió a ser protagonista al conocerse la suspensión que ha recibido por el incidente que protagonizó durante los pasados Juegos de Río de Janeiro, pero desde que volvió de Brasil ya se desconectó por completo del mundo de la natación.Ahora su centro de atención está puesto en el mundo de la televisión y ni tan siquiera ha comentado sobre lo que le ha parecido los 10 meses de castigo que le impide participar en los próximos Campeonatos del Mundo y quedarse sin los 100.000 dólares de bonos que recibió por ser medalla de oro.
Por el contrario, su figura ahora es ya el centro de actualidad en el mundo del espectáculo, donde espera triunfar en un programa estelar de televisión.
Lochte hace unas semanas en su visita al programa matinal "Good Morning America" de la cadena de televisión ABC, confirmó que ya aceptado su participación en popular programa de "Dancing with the Stars" (Bailando Con las Estrellas) cuando de comienzo la nueva temporada.
"Estoy ilusionado con mis nuevos proyectos y eso es lo que me tiene ocupado", destacó Lochte, que tiene establecidos en Brasil cargos legales en su contra, pero que dijo que trabajaban en "cerrar" el capítulo de los Juegos Olímpicos, donde llegó borracho a una gasolinera, destrozó objetos del establecimiento y luego dijo que le habían asaltado con una pistola en la cabeza.
El Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC por sus siglas en inglés) y la federación estadounidense de natación anunciaron las sanciones, sin que las mismas generasen ningún tipo de protesta.
Lochte, que no apelará, estuvo de acuerdo con la suspensión, que también lo hace inelegible para los campeonatos del mundo de julio próximo porque no estará disponible para clasificar a ellos en los nacionales del mes previo.
No recibirá ayuda mensual de ninguna de estas organizaciones, no puede entrar a los centros de entrenamiento del USOC, debe cumplir con 20 horas de servicio comunitario y se perderá la visita a la Casa Blanca del equipo estadounidense posterior a los Olímpicos.
Gunnar Bentz, Jack Conger y Jimmy Feigen, quienes estuvieron con Lochte en la gasolinera, aceptaron sus castigos por cuatro meses. Dichas sanciones, que concluyen el 31 de diciembre, también les quitan la ayuda financiera y el acceso a los centros de entrenamiento, y los excluyen de la visita a la Casa Blanca.
Bentz, de 20 años, también cumplirá con 10 horas de servicio comunitario por violar una regla de toque de queda para atletas menores de 21 años.
"Como hemos dicho anteriormente, el comportamiento de estos atletas no era aceptable. Injustamente difamaron a nuestros anfitriones y desviaron la atención de los logros históricos del equipo estadounidense", afirmó el director general del USOC, Scott Blackmun. "Cada uno de los atletas ha aceptado responsabilidad por sus acciones y aceptó las sanciones apropiadas".
El USOC otorga bonos de 25.000 dólares a los ganadores de medallas de oro, y la federación estadounidense de natación premió con 75.000 dólares a los medallistas de oro en los pasados Olímpicos.
Pero ese dinero palidece en comparación con lo que Lochte perdió el mes pasado cuando patrocinadores importantes, incluidos Speedo y Ralph Lauren, abandonaron al atleta de 32 años tras sus acciones en la gasolinera.
Se estima el golpe financiero de esas pérdidas en alrededor de un millón de dólares.
Pero el mayor problema que tiene es el legal, ya que el pasado mes, la policía brasileña acusó a Lochte de presentar una acusación falsa de robo, pero el nadador no ha dicho si regresará al país sudamericano para defenderse.
La comisión de ética del Comité Olímpico Internacional también está investigando el incidente.
"Cuando ocurren infracciones al Código de Conducta, es nuestra responsabilidad tomar acciones que reflejen la seriedad de lo que sucedió", comentó el director ejecutivo de la federación estadounidense de natación, Chuck Wielgus. "Desafortunadamente, esta historia desvió la atención de los atletas que más lo merecían".
A pesar de su vergüenza, Lochte ha mantenido un perfil alto, con publicaciones regulares en las redes sociales y lo que es más importante que será la gran figura en el nuevo programa de televisión que comenzará próximamente.
El medallista de 32 años está seguro que sabrá también enfocar su futuro como deportista en función de como pueda quedar cerrado el triste capítulo del incidente protagonizado en Río de Janeiro.
Ahora ya sabe que la natación no está en el futuro inmediato como profesional, pero si como vendedor de imagen a través de la televisión, en la que confía que pueda triunfar como lo hizo de deportista.

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