El presidente de la Federación Española de Natación, Fernando Carpena, aseguró que el objetivo en los Mundiales de Budapest del próximo verano es invertir la tendencia detectada en los últimos años y que los nadadores españoles vuelvan a firmar sus mejores marcas en las grandes competiciones internacionales."Lo que queremos es que la gente que vaya cumpla las expectativas, que no son otras que, al menos, igualar sus marcas, porque si igualan sus marcas, no digo ya si las mejoran, estarán muy bien posicionados", señaló Carpena en una visita a la Agencia EFE.
En este sentido, el presidente de la Federación señaló que el reto en Budapest será recuperar la dinámica existente hasta los Mundiales de Barcelona 2013, cuando en cada gran competición internacional un número considerable de nadadores mejoraban sus marcas.
"Hasta los Mundiales de Barcelona 2013 tuvimos un aumento considerable en el número de nadadores que acudían a una gran competición y mejoraban en esa cita sus marcas. Sin embargo, a partir de entonces ha habido un descenso y el objetivo es recuperar esa línea ascendente", explicó Carpena.
Esta dinámica lastró los resultados del equipo español de natación en los Juegos Olímpicos de Río, pese a las medallas de oro y bronce conquistadas por Mirea Belmonte en el centro acuático de la capital brasileña.
"Cuando acabaron los Juegos me reuní con los deportistas y les dije que no lo tomaran como una crítica, pero que si hubiesen hecho lo que valían, si hubiesen tenido un índice normal de mejores marcas, los resultados habrían sido otros", afirmó Carpena.
Circunstancia que el presidente confía en que no se repita el próximo mes de julio en Budapest, donde España tratará de superar la única medalla, el bronce conquistado por Jessica Vall en los 200 braza, lograda en los Mundiales de Kazán 2015, una cita a la que no acudió Mireia Belmonte por lesión.
"El porcentaje de mejores marcas de los deportistas que acudan a Budapest tiene que ser mucho mejor que el que se tuvo en Río", indicó Carpena, que calificó de "muy exigentes" las mínimas requeridas por la Federación para acudir al Mundial.
"Las mínimas están ahí y creo que son muy exigentes. Creo que no irá demasiada gente, pero más allá de si el grupo es numeroso lo que queremos es que la gente que vaya cumpla las expectativas", aseguró Carpena.
Más concreto se mostró el presidente de la Federación al cifrar el objetivo del rejuvenecido equipo de natación sincronizada que España presentará en Budapest y al que marcó como reto situarse entre los ocho mejores, tras quedar fuera de la última cita olímpica.
"Un setenta por ciento del equipo que estará en Budapest proviene del equipo que logró en 2015 la medalla de plata en los Juegos Europeos de Baku, es un equipo muy joven, y concluir entre los ocho primeros sería un buen punto de partida para el ciclo olímpico", indicó Carpena.
Una juventud que también marcará el dúo que presentará España en la capital magiar, donde Ona Carbonell competirá junto con la joven Paula Ramírez.
Y es que los Mundiales de Budapest serán el primer paso en la renovación que en la mayoría de las disciplinas acuáticas ha iniciado con vistas a los Juegos de Tokio 2020.