Los 91.0000 puntos, objetivo del equipo español en el Mundial de Budapest

El paso del equipo español por las Series Mundiales de natación sincronizada de Las Palmas de Gran Canaria dejó un poso positivo entre sus integrantes. El resultado que esperaban obtener en el próximo Mundial de Budapest, que se disputará en julio, se adelantó varias semanas al ver elevada su puntuación en la rutina libre hasta los 90.3667.Lucía Santiago
"La verdad es que no lo esperábamos. Era nuestro reto para el Mundial y ha llegado antes", reconoció en declaraciones a EFE la entrenadora del equipo nacional, Anna Vives.
"Ahora a las chicas vamos a pedirles el 91. Es algo que ellas mismas me piden a mí porque quieren seguir recortando diferencias con los mejores", abunda.
Para continuar con su progresión, la escuadra capitaneada por Meritxell Mas se exige "mejorar la nota de ejecución".
"Necesitamos encontrar la forma correcta de hacer cada movimiento. Estas chicas todavía están trabajando mucho la puesta en escena. Son muy jóvenes y no dominan lo que a la gente más madura, con más bagaje, le sale solo. Ahora que ya hemos conseguido llegar al nueve, para dar el salto de una décima más en el Mundial debemos mejorar la calidad del movimiento en el agua", asume Vives.
Aunque el proyecto está diseñado para lograr la clasificación olímpica para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, todas las componentes demandan retos a corto plazo. Así se explica la búsqueda de un buen resultado en Las Palmas de Gran Canaria y la decisión de elevar la exigencia para la cita mundialista de Budapest.
"Creo que estamos en el camino correcto. En estas Series Mundiales hemos llegado más lejos de lo que nos esperábamos y creo que lo más importante es que hemos cogido mucha confianza. Nos llevamos bien, trabajamos muy bien juntas y Anna Vives nos transmite seguridad", apunta Paula Ramírez, integrante asimismo del dúo.
"Somos un equipo muy joven, sí, pero estamos trabajando muchísimo porque tenemos ganas de llegar lejos", advierte la joven promesa de la natación sincronizada española.
Hasta cinco nadadoras de categoría júnior se mezclan en la selección absoluta.
"A su edad no tienen nada que perder", subraya Vives, "y en parte eso ayuda a que su progresión esté siendo astronómica".
"En cada competición dan un paso más y la puntuación sube. Todo el mundo coincide en que es un equipo muy luchador, que tiene una gran capacidad para trabajar en equipo y creo que en el Mundial lograrán un muy buen resultado", analiza la responsable del equipo.
Las deportistas aceptan el desafío. "Cada reto que nos hemos ido poniendo a corto plazo lo estamos consiguiendo. ¿Por qué no ponernos uno más alto?", se pregunta Ramírez.
Al mismo tiempo, el presidente de la Real Federación Española de Natación, Fernando Carpena, se muestra esperanzado.
"Todo lo que estamos haciendo ahora son test de futuro. Tenemos que ir trabajando y mejorando desde ya porque el objetivo se encuentra en Tokio 2020. El gran reto de este ciclo es el equipo. Pretendemos volver a subir al podio, dentro de las dificultades que existen en un deporte como la natación sincronizada, y vamos a darles tiempo. Una etapa de renovación exige paciencia", afirma.
El dirigente de la RFEN acogería con satisfacción la posible clasificación para la próxima cita olímpica. "No lo conseguimos en Río", lamenta. "La calidad existe y las ganas también. Son jóvenes y se quieren comer el mundo", anuncia.
Anna Vives, en cambio, pide "no correr demasiado". "Hay que ir paso a paso para que, dentro de cuatro años, el equipo esté donde nos gustaría. Hay una clasificación olímpica y queremos estar cerca del podio. Si es en el podio, mejor que mejor", sentencia.