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Iñigo Llopis: "Que Zidane me viera nadar en los Juegos de Río es una pasada"

David Ramiro

Madrid, 26 sep .- Íñigo Llopis es una de las grandes promesas de la natación paralímpica española. A sus 19 años ya cuenta en su trayectoria con cinco medallas del último Europeo y una participación en los Juegos de Río de Janeiro. De aquella cita guarda en el recuerdo su desfile en Maracaná y el seguimiento que desde España le hizo Zinedine Zidane y su cuerpo técnico en el Real Madrid, en el que estaba su padre, Luis, entrenador de porteros.

Iñigo Llopis (San Sebastián, 1998) nació con una malformación en el brazo y la pierna derecha. "Una pierna la tengo más corta y además en la mano derecha solo tengo dos dedos", explica a EFE Iñigo Llopis, que siempre ha visto esta situación "desde la normalidad".

A lo largo de su vida ha tenido muchas operaciones, "unas quince", y tuvo que acostumbrarse a usar más la mano izquierda que la derecha. Ello no le impidió practicar deporte desde pequeño. En su colegio hizo baloncesto, balonmano y fútbol. De esos tres, él que más le llamaba la atención era el fútbol, en el que hizo sus pinitos como portero. "Esa posición me venía bien porque no tenía que correr tanto, pero un día, en una acción desafortunada, me rompí el fémur", recuerda.

Con la lesión, para rehabilitarse, le recomendaron la natación. "Empecé sin intención de nada, pero lo fui haciendo bien y entrenando ya me dijeron de ir al Campeonato de España. Al ganar una medalla me fui enganchando y un campeonato llevó a otro", confiesa.

Eso fue con diez años, en sexto de primaria. "Entrenaba con gente con discapacidad, pero no tenían gran nivel. Si tienes mucha discapacidad el deporte es una vía de escape para hacer algo y una herramienta de integración", señala Íñigo, que al poco tiempo recibió una llamada de Javier Aymerich para entrenar en su grupo, en el que conoció a Richard Oribe, que ha acumulado dieciséis medallas en cinco Juegos Paralímpicos.

"Richard Oribe ha sido para mí una referencia. Cuando no estaba en su club, le veía competir y decía qué grande. Luego, al conocerme, estaba pendiente de mí y me enseñaba todo lo que sabía. Estaba pendiente de todos los chavales", dice Iñigo, que pertenece al club Konporta.

La carrera de Íñigo Llopis es prometedora y el futuro ya se ha empezado a vislumbrar en el presente con grandes resultados. En el último Europeo de Dublín ha logrado un oro en 400 libres, dos platas en 100 espalda y 100 libres y dos bronces en relevos 4x100 estilos y 4x100 estilo libre.

El deporte siempre ha estado presente en su vida y es algo con lo que ha convivido en su casa desde pequeño. Su padre es Luis Llopis, uno de los mejores entrenadores de porteros españoles y en su hoja de servicios está el Athletic Club de Bilbao, el Real Madrid o la Real Sociedad, su actual club.

"Mi padre me ha enseñado lo que es el trabajo y que las cosas se consiguen trabajando mucho. He aprendido que igual las cosas no salen a veces, pero siempre hay que seguir intentándolo y no rendirse", confiesa Iñigo, que no tiene un club de preferencia, él es del equipo en el que esté su padre.

Los últimos años de Luis Llopis estuvieron ligados al Real Madrid y a la etapa de Zinedine Zidane en el conjunto madridista, incluidos los tres títulos de Liga de Campeones.

"El Real Madrid, a nivel deportivo, es quizá uno de los mejores clubes que hay y ver a mi padre con Zidane y todos los futbolistas número uno junto a él es para estar muy orgulloso", apunta Íñigo, que también trasladó su residencia a Madrid durante un año para vivir con su padre y entrenar en el Centro de Alto Rendimiento de la capital.

Durante la estancia de su padre en Madrid, Íñigo pudo conocer a Zidane. "Siempre han estado animándome en el Real Madrid. Recuerdo que cuando estuve en los Juegos de Río vieron las pruebas en Valdebebas y para mí, que te vea Zidane competir en natación, es una pasada", comenta.

Esos Juegos llegaron un poco de rebote para Íñigo, que no contaba con acudir a Brasil, pero la sanción a los deportistas rusos le abrió la puerta. "Fue muy raro porque estaba de vacaciones, me llamaron y me sorprendió. Me fui corriendo a San Sebastián y entrené durante un mes", recuerda.

De aquella primera experiencia en los Juegos, lo que más le gustó fue poder desfilar por el estadio de Maracaná, algo que para un futbolero como él fue como soñar despierto.

En ese grupo de grandes nadadores paralímpicos que estuvo en Río, y también en el último Europeo de Dublín, ha coincidido con auténticas leyendas del deporte español como Teresa Perales. "No suelo ser de pedir consejo, pero suelo escuchar bastante. Estoy muy atento a lo que dicen y eso me sirve para aprender de todos", comenta.

El futuro está muy marcado para Íñigo Llopis. En 2019, hay Mundial en Malasia y un año después la gran cita son los Juegos de Tokio. "Ir a otros Juegos será una experiencia increíble", concluye el joven nadador guipuzcoano, cuya ilusión y ambición no conoce límites.

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