El pasado 1 de agosto, Pau Echaniz (23 años) ganó la medalla de bronce en la modalidad de K1 eslalon. El deportista guipuzcoano se subía al podio con un tiempo de 88.87, y lograba el cuarto metal para la delegación española.
Para muchos fue una sorpresa el éxito del donostiarra, pero no así para Pau y su familia, que sabían que podían lograr el sueño.
Un mes y poco más de una semana después, ELDESMARQUE ha hablado con el piragüista de los recuerdos de aquel día, y todo el sacrificio que hay detrás de una medalla.
*Puedes ver la entrevista pinchando en el vídeo de la parte superior de la noticia.
- Ha pasado poco más de un mes desde que ganaste tu medalla. Echando la mirada atrás, ¿qué es lo primero que te viene a la cabeza de ese día?
- Una felicidad y satisfacción muy grande. Cada vez que miro la medalla se me pone la piel de gallina. Fue muy especial, muy guay, y la gente me sigue contando cómo lo vivió. Estoy muy contento y muy feliz no sólo de haberlo vivido yo y de forma tan especial, sino de que un montón de gente alrededor mío lo vivió también.
- Se habla de ‘sorpresa’ con el bronce de Pau Echaniz ¿Para tí también lo fue o ibas con el convencimiento de que podías lograr algo importante?
- Fue sorpresa para todo el mundo que no me conocía, porque yo realmente lo veía difícil, pero no imposible. Creía que se podía conseguir y podía hacerlo posible porque tenía todas las herramientas para hacerlo. Llevaba muchísimo tiempo entrenando con la confianza al máximo, entrenando muy bien, y toda una vida pensando en ese momento. Estaba preparado. Sí que es verdad que desde fuera parece que es imposible o muy difícil, pero desde dentro creo que tanto mi aita, como Maialen y mi familia sabían que podía ser real y podía ser factible. Yo sabía que lo podía hacer.
- ¿Dónde tienes guardada la medalla?
- Se ha quedado en casa y la guardo con mucho cariño. La verdad es que está un poco fastidiada porque las de bronce salieron un poco regulares y la tengo un poco cascada...
- Desde fuera nos quedamos con lo bonito que es conseguir una medalla, un éxito. Pero no nos damos cuenta de todo lo que hay detrás...
- Significa una vida entera dedicada a esto, y mucha gente que ha puesto mucho en el camino de una persona que lucha por un sueño muy grande, muy ambicioso. Quizás hasta ellos no son conscientes de lo que han ayudado. No te puedes imaginar en los últimos cuatro años los fisios que me han visto algo, un montón de compañeros que me han acompañado en un montón de competiciones... En momentos malos mi familia ha estado conmigo apoyándome, los compañeros de clase, mis profesores... La verdad es que hay un montón de gente que está implicada en este logro, y sin ellos seguro que no habría sucedió de esta manera. Es gracias a ellos que ha salido así.
- Vamos, que el sacrificio que requiere es muy grande.
- Requiere muchos sacrificios en la vida. Yo quizás no he tenido una vida normal como una persona de 18 a 23 años porque me ha tocado hacer cosas que mis amigos no hacían. No me he ido a estudiar fuera a un piso de estudiantes, no he salido cada fin de semana de fiesta... Igual no he tenido una vida de esa manera, pero estoy tremendamente orgulloso y para nada lo cambiaría. Es mucho trabajo y hay que estar focalizado en eso un montón de tiempo y muchas horas de tu día a día. Hay que visualizar mucho, comer bien, descansar. Es todo un día a día hecho para eso y que lo hagas no significa que vayas a conseguirlo o no, pero estoy seguro también que si no hubiese conseguido la medalla estaría igual de orgulloso y tampoco lo cambiaría. Es un estilo de vida que va con nosotros y que lo disfrutamos mucho.
- En tu familia hay referentes muy importantes con este deporte que supongo que te ayudarán mucho a la hora de darte consejos y tener los pies en el suelo, pero ¿supone eso a la vez una presión mayor?
- Te puede meter presión, pero lo bueno de tener un padre y una familia deportistas es que entienden perfectamente que lo más probable es que algo no salga. Nosotros tenemos inculcado en la mente que, aunque no ganes, ganas, porque sabes que eso te va a servir para un futuro. Para nosotros el no hacerlo bien o 'perder' no implica una decepción. He tenido suerte también que tengo una familia que entiende perfectamente lo que es ésto y que no luchamos para ganar, sino que luchamos para dar lo mejor posible y para soñar. Es verdad que tengo una familia que desde fuera puede dar la impresión que me puede suponer una presión por lo que han hecho Maialen o mi padre, pero no es así. Siempre he tenido yo el poder de hacer algo o no.
- ¿Cómo es un día normal en la vida de Pau Echaniz?
- En invierno y a partir de septiembre-octubre ya empezamos a hacer entrenamiento más físico. Cada día voy a clase salvo cuando estoy fuera, que salimos mucho de concentración, pero cuando estoy aquí voy a clase de 8 a 14 horas; acabo y me voy al río que a veces me viene a buscar mi padre, estamos un par de horas y vengo a Donostia. Me paso las tardes en el taller cosiendo y experimentando.