Carlos Carreño (Almería, 1973) recuerda con nostalgia los largos meses de concentración con la selección española de voleibol para preparar los Juegos de Barcelona'92, una competición de la que quedó descartado solo un mes antes, "cuando ya tenía todo: el traje para las ceremonias, el sombrero, las camisetas de juego"."Yo llegué a la concentración permanente en el verano del 91. Estaba en Palencia, con la selección juvenil, y Gilberto (Herrera) nos convocó a varios, pero luego solo me quedé yo. Todo eso a mí me pilló muy, muy joven. Tenía 18 años y creo que pagué con mi juventud el no haber estado al final en esos Juegos de Barcelona, aunque disfruté viendo jugar a mis compañeros", admitió a Efe.
Carreño estuvo este sábado en un encuentro con sus antiguos compañeros de aquel equipo olímpico, que se reunieron en Madrid para conmemorar el XXV aniversario de aquella cita.
"Creo que, de todos, el que mas lo aproveché fui yo porque aprendí con gente de treinta años, como Hervás o Paco Sánchez Jover, mucho más mayores que yo. Me encontré con un grupo ya formado, pero estuve muy a gusto porque me acogieron bien", comentó.
"De todos modos", prosiguió, "fue un año difícil porque, aunque el equipo estaba prácticamente hecho, sí sentí y viví la competitividad que había entre ellos por ganarse un puesto. Éramos cuatro centrales: Rafa (Pascual), Jesús (Sánchez Jover), Juan Carlos (Robles) y yo. Al final de la temporada se unió Benjamín (Vicedo) y me quedé fuera".
Carreño rememora el instante en el que el cubano Herrera, entonces seleccionador nacional, le comunicó la decisión de apartarle del equipo.
"Gilberto me dijo que me quedaba fuera de los Juegos solo un mes antes. Yo tenía todo: mi camiseta de juego, el traje del desfile, el sombrero, la maleta, el chándal..., lo tenía todo y lo tengo todavía. Estábamos en Granada cuando me lo dijo. Me metí en los vestuarios y estuve un buen rato llorando. Pero estoy convencido de que aquello me sirvió de experiencia porque años mas tarde, cuando se acercó la etapa de preparación para los Juegos de Sydney, me dije: 'esta vez a mí no se me escapa'".
"Claro que me quedó la espina clavada, me guardo todos aquellos meses con enorme cariño", declaró Carreño, cuya trayectoria profesional le ha llevado, con el paso de los años, a dirigir equipos como Unicaja Almería, Naturhouse Logroño y CAI Teruel.
Durante cinco años ejerció como segundo técnico de la selección absoluta y ahora está al frente del Chenois, de la Liga suiza.