La selección holandesa de voleibol femenino protagonizó este lunes una de las grandes sorpresas del Mundial'18 que se disputa en Japón, al batir a Estados Unidos, actual campeón por 3-2, y dejarle al borde de la eliminación.
Holanda, que aspira a disputar por primera vez en su historia unas semifinales mundialistas, necesita tan solo ganar este martes un set a China para cumplir su sueño. Hasta ahora, su mejor resultado fue el séptimo puesto en la edición de 1998.
Estados Unidos, que ayer perdió también ante China (2-3), fue superado en el Nippon Gaishi Hall Nagoya, escenario de este partido del grupo H, por una selección que durante 2 horas y 7 minutos no dejó de creer en sus posibilidades.
Las jugadoras europeas superaron todas y cada una de las dificultades que se encontraron en un choque de infarto (30-33, 15-25, 25-22 y 15-9) y, pese a sus altibajos psicológicos en algunos momentos, consiguieron reponerse hasta alzarse con esta histórica victoria.
Las holandesas cedieron la primera manga después de desperdiciar ventajas de hasta 7 puntos (12-5, 16-19) y de disponer de 6 bolas para anotarse este parcial, que finalizó con un agónico 32-30 para sus adversarias.
Fue un duro varapalo que las jugadoras que entrena Jaime Morrison acusaron sobremanera en un segundo set que las estadounidenses solventaron en 23 minutos por un aplastante 25-15.
Lejos de darse por vencidas, las europeas continuaron creyendo en sus posibilidades. De la mano de la impresionante opuesta Lonneke Sloetjes, que finalizó el partido con 38 puntos, fue doblegando la moral de sus rivales.
Se anotaron el tercer parcial por 25-22 y el cuarto por un rotundo 25-15, con lo que forzaron el desempate.
Las jugadoras del mítico Karch Kilary, con evidente cansancio, fueron anuladas en bloqueo a lo largo del tie break (6-4, 11-7, 13-8 y 15-9). Su séptima presencia en semifinales de un Mundial está en serio peligro. EFE.