El Barcelona logró un triunfo claro (6-0). Pero le costó despejar el partido. Se topó el líder con un rival batallador, presionado por la amenaza del descenso y por las limitaciones de su plantilla. No tuvo el equipo de Luis Enrique la eficacia de Riazor. Aunque tampoco la ceguera que padeció contra el Valencia. El choque se le puso de cara pronto con un gol de Leo Messi, pero el Sporting dispuso de ocasiones claras para empatar que marró solo por detalles y falta de puntería.