I'm Forever Blowing Bubbles, un tributo al fracaso y un himno universal
Posiblemente, cantar un himno antes de un partido es casi el segundo punto más importante por detrás del propio partido. Un himno une a todo un estadio, a todos los seguidores de un club con su equipo. Son unos minutos de comunión, ánimos y ambiente de alegría que preparan mental y emocionalmente a todos los allí presentes para el gran espectáculo que se avecina.
En España, muchos equipos cuentan con himnos más o menos oficiales que entre sus seguidores han cuajado a lo largo de estos últimos años. Se podría citar al Sevilla FC y su himno oficial del centenario; al Cádiz CF y la chirigota de Manolito Santander o al nuevo “Partido a partido” del Atlético de Madrid. Sin embargo, en los equipos de la Premier League, el hecho de cantar es casi tan importante y una tradición tan antigua como el propio fútbol.
El West Ham, que jugará este 10 de marzo ante el equipo sevillano en el Sánchez-Pizjuán, cuenta con un himno que se gestó entre las décadas de los años 20 y los años 40. No existe una fecha exacta, y de hecho, las teorías y leyendas que hay entorno a “I’m Forever Blowing Bubbles”, son de las más complicadas y extrañas de todos los himnos de la Premier League. Pero lo que sí tienen claro los hinchas del equipo inglés es que, esta canción es su himno y es el que sonaba en Boleyn Ground y ahora en El Olímpico antes de cada partido. De hecho la entonan como tributo a sus fracasos, de ahí que lo hagan con pompas de jabón.
Las leyendas que se cuentan sobre “I’m Forever Blowing Bubbles”
Según cuentan diferentes historiadores del fútbol inglés, la época en la que llegó este tema a los seguidores del West Ham se remonta a los años 20. La canción fue escrita en 1919 en Estados Unidos por John Kellete, un pseudónimo que abarcaba los nombres de sus tres compositores. La canción viajó hasta Reino Unido un año después y se convirtió en un éxito popular.
En aquella época, era bastante habitual que los espectadores de fútbol cantaran juntos canciones populares. Y aquí es cuando comienzan a aparecer las teorías que giran en torno a “I’m Forever Blowing Bubbles”.
La actuación que se ganó el corazón del público del West Ham
En Upton Park, el club contrató a la Beckton Gas Works Band para que tocaran antes del comienzo del partido. Una de las canciones que tocaron fue ésta, que enloqueció al público. Pero, ¿qué ocurrió para que a partir de ahí un gran grupo de seguidores y un equipo al completo decidieran adoptarla como himno antes de sus partidos?
La teoría comienza con un cuadro de un niño soplando pompas de jabón que pintó el autor Sir John Everett en aquella época. El cuadro, que se convirtió en una obra de arte en el país, terminó en manos de la compañía de jabón Pears, quién compró los derechos y empezó a utilizar la imagen para sus anuncios. Se dice que los del West Ham adoptaron esa canción porque los anuncios se encontraban cerca de Upton Park y los veían de camino a los partidos. La teoría dicen que no es muy cierta, ya que Pears se anunciaba en todas partes del país.
La posible conexión entre Bubbles Murray y el himno
Sin embargo, el historiador John Northcutt argumenta otra historia que podría cuadrar un poco más: "El equipo de los West Ham Boys jugaba a menudo sus partidos en casa, en Upton Park, frente a grandes multitudes, y uno de los miembros del equipo, Will Murray, con el pelo rubio y rizado, se parecía al niño del anuncio. Pronto se ganó el apodo de Bubbles Murray y cada vez que jugaba, el público cantaba “I'm Forever Blowing Bubbles”, que era la canción popular de la época".
Aun así, esta teoría está cogida con pinzas ya que hay una foto del jugador en aquella época y no se parece casi nada al niño del cuadro. Además, Will Murray nunca llegó a jugar en el primer equipo del West Ham. Todo apuntaría a que, al no saberse si la actuación en el Upton Park ocurrió en la década de los 20 o de los 30, sería la clave. Sería lo que refutaría o negaría la teoría de que el niño en el cuadro y Will Murray podrían haberse cruzado o no en la línea temporal con el momento en el que los seguidores del West Ham adoptaron su himno.
No obstante, la BBC contó esta historia como cierta y es la leyenda que han adoptado los seguidores del West Ham como creíble. Pero en lo que todos los historiadores coinciden es que en el momento en el que sonó esa canción en el estadio, los seguidores del West Ham la adoptaron como su favorita.
Otras teorías sobre “I’m Forever Blowing Bubbles”
El historiador del West Ham, Brian Belton, ha argumentado que esta canción se cantaba cuando las multitudes se reunían durante los ataques aéreos en los refugios y estaciones de metro del East End durante la Segunda Guerra Mundial. Esto llevó a un aumento de los cantos por parte del público en general para elevar la moral. Según Belton, la primera vez que se sabe que la canción fue cantada por los aficionados del West Ham fue durante la final de la Copa de Guerra de la Liga de 1940 en Wembley. Fue un partido que ganaron los Irons, como se les conoce a los jugadores del West Ham, y quizá los aficionados lo tomaron como un presagio de buena suerte.
La letra, el himno y las pompas de jabón
Muchos himnos tienen, no sólo la canción, sino una letra acorde con el sentimiento de unidad o de ánimo que los seguidores de un equipo buscan dar a su equipo antes de un partido. Sin embargo, la primera vez que se escucha la letra del himno del West Ham, no puede estar más alejada de la realidad:
“Siempre estoy soplando burbujas,
"Burbujas bonitas en el aire",
"Vuelan tan alto",
"Casi llega al cielo",
"Entonces como mis sueños",
"Se desvanecen y mueren".
"La fortuna siempre se esconde",
"He buscado por todas partes",
Siempre estoy soplando burbujas,
"Burbujas bonitas en el aire".
Nada tiene que ver con el fútbol o con los ánimos, pero, lo curioso de esta canción es ver el espectáculo que se monta en el Upton Park con los seguidores del West Ham cantando a pleno pulmón esta canción mientras el equipo sale al campo acompañado de un centenar de pompas de jabón.
Posiblemente los himnos son una de las partes más importantes previo a un partido de fútbol. Y quizás, no todos tengan que tener sentido en la letra para ser cantados. Los hinchas del West Ham seguirán soplando burbujas en el aire para animar a su equipo, porque es lo que, desde hace décadas, les mantiene unidos en el campo.