El número uno del ránking mundial, el español Rafael Nadal, debutó este miércoles con victoria en el Trofeo Conde de Godó ante Roberto Carballés, revelando al término del partido que jugó "peor" en comparación con las últimas semanas, si bien se mostró "contento" por el triunfo (6-4 y 6-4).
El tenista mallorquín, que solventó con una victoria trabajada el primer escollo para levantar el Godó por undécima ocasión, calificó de "buena" la victoria tras llevarse un partido "incómodo". "Estoy contento porque he ganado. He jugado peor de lo que venía jugando. No hace falta mirar detenidamente el partido para saber que no he jugado como lo había hecho anteriormente", reconoció.
Empezó el balear con mal piel después de que Carballés le rompiera el servicio, algo que, en su opinión, provocó que el partido "se ensuciara un poco".
Este jueves se verá las caras con el también español Guillermo García-López, número 69 del ránking mundial, con el que se ha enfrentado cinco veces y ha perdido en una única ocasión en las semifinales del Torneo de Bangkok del 2010.
"No tengo que cambiar nada, tengo que jugar mejor y tener la intensidad y la concentración de la semana pasada. Mañana juego un partido contra un buen jugador, que será difícil. Es normal, las primeras rondas son difíciles y complicadas. Hoy me he notado más rígido de piernas", explicó.
Nadal reconoció que, tras las eliminaciones de Novak Djokovic y Kei Nishikori, jugadores que se encontraban en el mismo lado de su cuadro, el camino hacia la final se le ha allanado: "La realidad es que han perdido dos de los mejores jugadores del mundo, pero eso no quita que mañana no tenga un partido muy difícil ante Guillermo García-López", dijo Nadal, quien insistió que en un torneo "hay que ir día a día y enfocar el próximo rival de la mejor manera".
Sobre su rival en los octavos de final, Nadal avisó de que se trata de un "jugador agresivo, con muy buenos tiros y que tiene potencial para poner en problemas a cualquiera".
Más allá del objetivo de superar la ronda de octavos, el número uno del mundo rehuye de la presión de tener que conquistar el Godó por undécima ocasión: "No estoy obligado a nada, lo único a lo que estoy obligado es a a dar lo máximo. Cuando me voy a casa, he perdido porque no soy lo suficientemente bueno. No siento obligación, sino la motivación de hacer las cosas de la mejor manera posible", puntualizó.