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Garbiñe, a las duras y a las maduras

Antonio Torres del CerroParís, 7 jun .- "Estoy aprendiendo mucho. Cuando era más joven era muy emocional. Con la experiencia tomas las cosas con más perspectiva". La frase sintetiza el proceso de madurez que ha vivido en este Roland Garros Garbiñe Muguruza, quien da muestras de digerir las derrotas de otra manera.
Hace un año la tenista española lloraba de rabia por su derrota en los octavos de final de Roland Garros ante la francesa Kristina Mladenovic, en las que se quejó de la actitud hostil del público.
En esta ocasión, al término de su derrota en semifinales ante Simona Halep, tenía los ojos rojizos, pero un semblante sereno. La primera pregunta de la rueda prensa vino a indagar si había llorado.
"Joder, la derrota ha sido dura, pero es que llevo jugando una hora y media al calor corriendo de lado a lado", respondió con una media sonrisa la jugadora, dando a entender que los ojos enrojecidos habían sido fruto del esfuerzo y no de un berrinche.
Aunque la derrota ante Halep le impide recuperar el número uno mundial y le deja a las puertas de la final de un torneo que levantó en 2016, Muguruza, de 24 años, intentó analizar con frialdad qué le sucedió -"he dado puntos gratis muy rápidamente"- y se tomó su eliminación menos a pecho y con cierto grado de estoicismo.
"Lo importante es estar aquí y jugar esos partidos. Al final uno saldrá bien, el otro no, pero lo importante es llegar a los últimos partidos, algún día estaré en otra final", aseveró.
No obstante, la tenista nacida en Caracas reconoció que ese tipo de derrotas duelen especialmente, sobre todo cuando se sabe lo que se tiene que sudar para vencer "Grand Slams" (Roland Garros, 2016, y Wimbledon, 2017).
"Me cuesta encajar la derrota. Ahora que soy más consciente y entiendo el valor" de una victoria en un gran torneo, señaló.
Durante el torneo, Muguruza pasó con autoridad ante una excampeona como la rusa Svetlana Kuznetsova; después la francesa Fiona Ferro (invitada); luego otra antigua campeona como la australiana Samantha Stosur; y después a una tenista de leyenda, Maria Sharapova. Pero ante Halep no encontró el tono.
Durante el torneo, los periodistas cuestionaron a Muguruza de dónde le venía su aparente calma, tanto dentro, como fuera de la cancha.
"Creo que me estoy haciendo mayor. Me estoy tomando muy en serio este torneo (...) Estoy más centrada", respondió con otra media sonrisa la tenista española.
La derrota hace un año ante Mladenovic le sirvió para hacer callo.

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