"Es como estar en una prisión con wifi". Las palabras son de uno de los españoles que jugarán el Open de Australia de tenis, el primer Grand Slam de 2021. Tuvo que pedir disculpas Roberto Bautista por ello, pero vino a transmitir el sentimiento de todos los tenistas que están confinados en sus habitaciones de hotel en Melbourne. El gobierno australiano obliga a todos ellos a pasar una particular cuarentena sin salir de sus habitaciones. Algo que también afecta a la gran promesa del tenis español: Carlos Alcaraz. El murciano ha mostrado en las redes sociales cómo pasa el tiempo: entrenándose en apenas unos metros cuadrados.
Es lo que están haciendo casi la totalidad de tenistas confinados. Matar el tiempo moviendo muebles y creando espacio donde no lo hay para poder dar algunos raquetazos. La mayoría, como Alcaraz, usan la parte inferior de las camas o incluso los colchones, apoyados en la pared, para amortiguar los golpes. Así imitan los movimientos naturales en la pista, aunque sin la debida potencia en los golpes. Algo es algo.
Tanto los entrenadores como los tenistas están siguiendo los duros protocolos diseñados por el gobierno australiano y 'Tennis Australia', la empresa organizadora. La máxima es evitar cualquier contagio y garantizar volver a competir con la máxima seguridad. Australia es uno de los países más férreos en medidas anticovid. De hecho, este primer Grand Slam se disputa a destiempo, en febrero.