Djokovic consiguió ganar a Carlos Alcaraz en la final del Masters 1000 de Cincinnatti. El partido ha sido uno de los más intensos que se recuerdan. Los nervios estuvieron a flor de piel y el tenista serbio celebró la victoria con un gesto de rabia que acabó con su camiseta completamente partida.
Por otro lado, Alcaraz acabó completamente desolado en su banquillo. El tenista murciano se echó a llorar dejando una imagen nunca vista en él.
Los dos tenistas protagonizaron un encuentro que se recordará como uno de los mejores duelos entre los dos. Tras el encuentro, los dos se aplaudieron por lo sucedido en un 5 – 7, 6 (7) – 7 (9). 6 (4) – 7 (7) que duró tres horas y 49 minutos.
“Este ha sido uno de los partidos más emocionantes y duros mental, emocional y físicamente que he tenido en mi carrera”, comenzó diciendo Novak Djokovic tras el encuentro. “Ha sido una montaña rusa. No creo haber jugado demasiados partidos como este en mi vida. Tal vez pueda compararlo con las finales con Nadal en el Abierto de Australia 2012. Esta vez fue a tres sets, pero fueron casi cuatro horas. Pensé que el tercer set tenía muchas oportunidades, tal vez incluso para una doble rotura. El punto de partido en el 5 - 3 fue increíble y fue una especie de escaparate de lo que se trataba todo este partido”.
Alcaraz también se rindió a su contrincante. “Estoy agotado. No, me siento orgulloso de mí mismo, sinceramente. Estaba hablando y no sé por qué lloraba porque luché hasta la última bola. Casi le gano a uno de los más grandes de todos los tiempos de nuestro deporte. Es una locura hablar de eso ahora, pero dejé la pista muy feliz por lo que hice. Por supuesto, he estado hablando con mi entrenador y mi equipo y estamos muy orgullosos de nosotros mismos”.