Un suplicio menos

Tras sumar dos puntos en los últimos siete partidos, el Real Valladolid no podía fallar ante el Albacete. Los de Alberto López jugaban un partido trascendental para su futuro y para evitar más miedos sobre los puestos que mandan directos a Segunda División B. En él, los pucelanos estaban bien acompañados. Las más de 6.000 invitaciones recogidas durante la semana hacían presagiar un gran partido, un duelo exigente entre dos rivales directos por evitar la pérdida de categoría.

 
El partido, que comenzaba con un buen Real Valladolid y con un tanto de Óscar González antes del minuto 10, mostró un ritmo lento y pausado por limitaciones del juego y nervios de ambos equipos. Todo lo que había en juego en el campo se mostraba en el fútbol con un Real Valladolid dubitativo y un Albacete Balompié miedoso. Ambos mostraban en los primeros 45 el motivo de su situación clasificatoria para dar rienda suelta al aburrimiento en los segundos 45 minutos.
Con el marcador a favor, el Real Valladolid se dejó llevar para vivir del tanto de Óscar González. Intentó conseguir que el tiempo pasara con la mayor rapidez posible. Los de Alberto querían que no ocurriera nada sobre el terreno juego. Les interesaba un partido plano y soso y lo consiguieron. Presos de su mediocridad, los minutos avanzaban y en el 94 se cerraba el partido. Arias López señalaba el pitido final y el Pucela respiraba. No lo hacía con la mejor imagen posible pero, tristemente, eso ya no interesa nada en el equipo vallisoletano.

Fuerte inicio local

El clima que vive el Real Valladolid no es fácil. El cambio de objetivo que ha tenido el equipo ha enturbiado el ambiente y la exigencia era alta. El Pucela tenía que arrancar bien el partido para calmar los nervios y recibir el apoyo de la grada. Como pedía el entrenador vasco durante la semana, debían ser los jugadores los que contagiaran ilusión al exterior. Esta petición sí se consiguió en el inicio. El Real Valladolid llegó a generar una ocasión antes de llegar al primer minuto de juego. Era en un disparo muy tímido de Roger Martí pero los pucelanos comenzaban fuerte.
Todo lo contrario que en otras semanas, encerraban a su rival. Con ese empuje, los blanquivioleta se adelantaban en el marcador a los ocho minutos. Una imprecisión defensiva del equipo visitante dejaba la oportunidad a Óscar que, tras recibir un buen pase de Roger, abría el marcador. Antes de llegar al minuto 10, los pucelanos mandaban en el marcador y ya contagiaban ilusión al entorno y a la grada.
El buen ambiente reinaba en el Nuevo Estadio José Zorrilla y éste pudo ser mayor si Roger hubiera acertado en una brillante ocasión que tuvo ante Juan Carlos poco después de que el '10' hubiera abierto el marcador. El meta manchego ganó esa batalla y el segundo gol se alejaba para ver cómo los de César Ferrando despertaban y comenzaban a buscar sus opciones pese a las grandes limitaciones defensivas que mostraban.

Reacción manchega y descanso

Con un buen Pucela en los primeros 20 minutos el tiempo corría a favor de los visitantes. Sin llegar a intimidar a Kepa Arrizabalaga ni con opciones de volver a convertir al vasco en el mejor jugador blanquivioleta, los visitantes llevaban algo más de peligro. Daban la vuelta al partido y conseguían tener sus opciones. Por pequeñas que fueran, que lo eran, los de Ferrando mejoraron su imagen antes del descanso.
A ese intermedio se llegaba con la diferencia del gol de Óscar pero con un encuentro muy parejo. Los pucelanos aprovecharon su buen inicio de partido mientras que los visitantes intentaron acercarse en el peligro y en las ocasiones en el tramo final de la primera parte pero sin suerte. La poca mordiente ofensiva de los manchegos en los primeros 45 minutos finiquitaban sus opciones.

Visto y no visto

El Real Valladolid necesitaba ganar y, con el resultado positivo en el bolsillo, los pucelanos mostraron su versión más resultadista. Contaban los minutos para llegar al final del partido de una forma casi descarada. Los tres puntos eran el único objetivo del equipo blanquivioleta y se iban a aferrar a ellos como el único premio posible para el partido. Todo valía para conseguir el botín y cerrar esa racha negativa en los últimos siete partidos.
Pese a los cambios del entrenador de Irún o, posiblemente, por ellos, el Pucela se fue encerrando en su área. El Albacete, sin gran peligro ni grandes ocasiones, vivía la segunda parte con el balón y se posicionaba en las inmediaciones del área pucelana. El miedo se instalaba en Zorrilla. Dos puntos podían volar y el objetivo de romper la mala dinámica y poder respirar tranquilo se disiparían ante un posible gol del Albacete. Por suerte para los blanquivioleta en la segunda parte no ocurrió nada. El tanto inicial de Óscar era suficiente para romper la mala racha pucelana y conseguir que el Real Valladolid respirara. El objetivo prioritario y fundamental del encuentro se cumplía y con él valía. Y tanto que valía.