A pesar del auge de los eSports, las promesas de futuro y sus contratos cada vez más suculentos y profesionales, lo cierto es que como en cualquier otro deporte aun existen muchos vacíos legales en lo que a la firma del contrato de un jugador se refiere, e incluso más si cabe al tratarse de un panorama con menos vida en comparación a los deportes convencionales. Esto provoca que muchas instituciones utilicen esos vacíos en su beneficio, aprovechándose de la ignorancia de algunos jugadores que en cuestiones legales no conocen todo lo que sería ideal que conocieran. Es por ello que el abogado Ryan Morrison ha publicado en su blog numerosos consejos para asesorar de manera gratuita a esos jugadores en sus futuros profesionales dentro de los deportes electrónicos.
Morrison es especialista en videojuegos y colabora con equipos como Immortals, CLG, NRG o compLexity. Queriendo erradicar ese estigma de que los abogados solo piensan en sus comisiones ha decidido ayudar de manera altruista a los profesionales que en esta época entre temporadas están a punto de firmar un nuevo contrato, ya sea de renovación o con un nuevo equipo. "Existe una diferencia abismal entre el jugador que tiene un abogado y el que no. Y hablo de eso, un abogado, no alguien que se ofrezca a asesorar pretendiendo conocer todos los detalles de un contrato. Y aunque no soy muy bueno en DOTA2 a pesar de que juego bastante, modestia aparte, si soy bastante bueno en cuanto a contratos de jugadores se refiere".
En palabras de Morrison: "Muchas instituciones siguen teniendo prácticas arcaicas, el tener mucho dinero no te convierte en una organización legítima y sus métodos no deberían tener cabida en la industria. Por desgracia no son casos aislados, lo vemos con más frecuencia de lo que nos gustaría sobretodo en equipos de Norteamérica" Las claves a groso modo que propone Morrison es no dejarse llevar por el dinero y la seguridad que inspira un contrato de larga duración. Además no se debe confiar jamás de todo lo acordado verbalmente, ya que si no está en el contrato firmado a la hora de la verdad no valdrá absolutamente de nada. Recomienda estar en todo momento lo más cercano posible a la institución, no dejar que un posible representante se encargue de las partes importantes y preguntar cualquier tipo de duda posible. Todo esto lo puedes consultar de manera mucho más detallada en el propio blog del Ryan Morrison.