Siendo una medida no exenta de polémica por ambos lados, el gobierno de Irak ha aprobado una ley con la que quedaban prohibidos algunos de los títulos online más populares como Fortnite o PUBG debido a su violencia e influencia negativa sobre los usuarios.
Tras largos años de violencia que culminaban con la guerra civil iraquí contra el Estado Islámico, el conflicto llegaba a su fin y en mayo de 2018 se celebraban las primeras elecciones, aunque no se formaría gobierno hasta septiembre tras meses de disputa sobre el escrutinio. Es por ello que los parlamentarios han decidido tomar esta decisión "debido a los efectos negativos que causan algunos juegos online a la salud, la cultura y la seguridad, incluidas las amenazas sociales y morales en niños y jóvenes". Con dicha resolución, quedaba prohibido el acceso así como las transacciones relacionadas con los títulos.
El clérigo chií Muqtada al-Sadr, principal candidato del Movimiento Sadrista, cuya coalición obtuvo el mayor número de escaños en las elecciones, comentó, en unas declaraciones recogidas por la CBC, que "No son juegos que desarrollen la inteligencia, y tampoco proporcionan conocimientos militares que te muestren la manera correcta de luchar. ¿Qué ganas matando a una o dos personas en PUBG?".
Pese a la lógica en la que se pueda basar esta ley de prohibición sobre PUBG o Fortnite, la medida no deja de ser polémica. Siendo una ley que no deja de ser completamente innnecesaria para un pueblo preocupado por el grave problema de la corrupción, así como el desempleo general y juvenil, o la falta de servicios básicos como la electricidad y el agua. Desde la formación del gobierno la única ley aprobada fueron los presupuestos federales, por lo que muchos no se explican que hayan decidido trabajar en leyes sobre videojuegos antes de solucionar los verdaderos problemas de un país en reconstrucción.