El hundimiento de G2 Esports, un inicio terrenal en LEC

RIP G2 Esports. ¿Alguien habría imaginado hace un par de días que Rogue iría líder de LEC con un 3-0 mientras el actual campeón de Europa y subcampeón del mundo arrancaría 1-2? La narrativa saltando por el balcón en busca de algo nuevo, fresco y con forma de caída en picado para los samuráis.

Nadie, absolutamente nadie habría podido imaginar que el mejor equipo del viejo continente en el League of Legends iba a estamparse en la superweek inicial de LEC en el regreso del competitivo, pero la realidad es que G2 Esports está superado y no ha sabido reaccionar.

G2 Esports es el Madrid y el Barcelona y en el entorno competitivo de un equipo grande eso significa que cualquier derrota es un un pozo sin fondo repleto de críticas, aunque la clasificación a día de hoy no signifique más que una mala racha inicial tras el cambio de roles.

Ojo, que Perkz y Caps se intercambien posición no debe ser una excusa. El roster se conoce lo suficiente como para basar en eso la pésima primera semana de competición, más aún comparando con los cambios en otros equipos que le han pasado por encima, pero es el único síntoma que se le puede achacar al quinteto.

Quizás algo más, Jankos y Mikyx están totalmente desaparecidos y apenas demuestran ser a día de hoy una sombra de lo que han demostrado en los últimos splits, por lo que quizás haya que preguntarse cómo cambiar el chip para la cuarta y quinta jornada de la semana que viene.

La última bofetada se la ha dado Team Vitality. Con Labrov cerebro galaxia sacando a la grieta un Thresh descomunal, el equipo francés ha dominado el mapa en todas sus vertientes, desde el matchup en top con el control de la fase de líneas a la espectacular partida de Comp y Milica en todas las peleas grupales.

Seguramente este meme de G2 no llegue mucho más que la típica gracia de aquellos que volcaron en su Fantasy a todos los jugadores de los samuráis para sacar puntos fáciles en las primeras jornadas, porque son carne de campeones, pero se puede ser el mejor y sentirse en caída libre, al menos en una difícil primer semana frente al espejo.