Los últimos detalles a los sótanos de la 42 de Project Zomboid

La versión 42 de Project Zomboid continúa evolucionando. Una esperadísima actualización desde hace años que va a ser toda una locura en cuanto a novedades. Y es que los sótanos al final parecen solo un detalle (escandalosamente masivo a nivel de mapeado, pero un simple detalle) al lado de todo el nuevo trabajo en pos de hacer el título más realista, y por tanto más difícil.

Uno de los últimos ejemplos compartidos, es en la mejora del césped. Un cambio visual, sí, pero cuyo nuevo efecto de profundidad hará que sea más difícil ver objetos o incluso zombies que se arrastran. A lo que hay que sumar el trabajo de la nueva vulnerabilidad de las alambradas, hasta ahora irrompibles, y que podrían ser tumbadas por una horda, y por tanto nunca estar del todo a salvo en ningún sitio.

Pero pese a todos estos cambios en Project Zomboid: Las lecturas interactivas para buscar información útil, a la luz dinámica en interiores, la caza y los futuros NPC, sin duda lo primero que buscaremos en nuestra primera partida será uno de los nuevos sótanos. Siendo algunos fijos y otros aleatorios en cada partida, para hacer de cada una de ella algo diferente. Es por ello que es importante trabajar en todos los aspectos importantes del mismo.

Muchos podían pasarlo por alto, pero el equipo de The Indie Stone, no. Y en un último ejercicio de trasparencia, han querido compartir el importante apartado sonoro de los sótanos de Project Zomboid. En los cuales, a medida que vamos bajando, dejamos de escuchar el exterior. Y además, el entorno se transforma y empezaremos a escuchar extraños ruidos en la lejanía. Como el goteo de una tubería, o una simple rata reptando por una cañería. Pero que quizá se trate de algo más.

Porque en un lugar amplio y cerrado como un sótano, si un zombie patea una lata, se escuchará a muchos metros. Igual que los zombies puede que nos escuchen a nosotros. Además de por supuesto trabajar en el propio eco de los ruidos del personaje, los zombies o los disparos, adecuándolos al entorno. Todo para una mayor inmersión si cabe, en el juego de supervivencia definitivo.