La chispa de cualquier enamorado al RPG tiene desde en el menú principal de Visions of Mana todo lo que transmite la saga desde hace 30 años. Con la oportunidad de jugar en acceso anticipado al juego, el peregrinaje permite entrar como un exvoto más hacia el Árbol del Maná. Un homenaje clásico con entornos conocidos, los famosos espíritus de elementos y un combate renovado desde las alturas.
Visions of Mana es un juego hecho a medida para el jugador que quiere volver a sentir el placer del RPG de toda la vida. El tradicionalismo de la aventura parte de un viaje habitual, de varios conflictos y de un punto de partida muy inteligente con un planteamiento contrapuesto repleto de interrogantes. Y la historia de amor es el punto fuerte para creer, confiar y al mismo tiempo desconfiar del futuro.
La historia de Visions of Mana es una trampa envuelta en el típico éxodo con una misión entre amigos y compañeros de combate. Pero la realidad es que tras unas siete horas donde el juego aparca un 'tutorial' excesivamente amplio, el descubrimiento del mundo pincha el corazón del jugador.
Ese inicio aletargado tan habitual en los RPG hasta la apertura del universo explica una demo tan avanzada en historia. Y es comprensible, esconder la mejor baza para un avance de un título que perfectamente puede superar las 30 horas sólo con la historia principal y un farmeo sencillo en la subida de nivel y recursos.
La personalidad de Val y Hina es la de cualquier pareja protagonista de un juego. Adolescencia, inocencia, ilusión, el sello de la saga en busca de una misión hasta descubrir una pregunta que sólo genera más dudas. Y ahí la franquicia juega con el clásico para reinterpretar su estilo en un mundo gigantesco. Y la sensatez del villano en un mundo caótico es una pincelada política ideal para el transcurrir de la saga, y para la sociedad. Una reflexión, un buen guión y una muestra de su complejidad.
Esa transición hacia el descubrimiento de las reliquias elementales es la clave para disfrutar al máximo el sistema de combates. La amplitud de hechizos y armas para adaptar a cada jugador en su estilo está detrás de personajes, estrategias, pruebas y error. Y aunque es frustrante de primeras por la sencillez del título en sus primeras horas, toma fuerza con el paso del tiempo.
Con la integración del combate aéreo como gran innovación en la saga, Visions of Maná funciona cuando la complejidad sube. Cuando el menú es una parte jugable tan importante como los propios combates, por decisiones y elecciones, pero sobre todo por las sensaciones. Y las pruebas casi infinitas, permiten un escenario totalmente diferente en cada combate.
Las primeras horas de juego no deben engañar al jugador, Visions of Mana no es un juego ni mucho menos pasillero. La transición entre mundos es tan rápida como las ganas de farmear recursos entre escenarios, y es fácil avanzar. Y todo toma fuerza en las ciudades.
La creación artísticas de las mismas es de sobresaliente, sobre todo porque todas y cada una de ellas tienen un distintivo que genera un recuerdo en la memoria de cada espacio. A pesar de ello muchas pasan desapercibidas por entornos demasiado habituales en la zona de combates y NPC's con conversaciones muy trilladas, pero visualmente las cinemáticas, los escenarios y la dirección artística es maravillosa. Sobre todo desde Ilistias, el punto de inflexión de Visions of Mana.
Es una buena puerta de entrada a muchos jugadores por las facilidades jugables con un escalado lento. Y lo bueno es que cualquier amante de la saga sabrá saborear todos los guiños de los nueve juegos pasados, porque aunque ya no hay chocobos como en el inicio (esta franquicia nace como secuela de Final Fantasy), sí hay detalles sobre la saga original. Y de hecho los moguris siguen presente en las mismas. Aún así, los homenajes propios son muchísimo más importantes, desde los monstruos a la banda sonora, los cofres o los entornos de diferentes zonas.
Visions of Mana es todo lo que esperas de un RPG de acción que recupera la historia de origen después de tantos años. La experiencia de combate no es perfecta y la integración aérea es notable aunque no llega a lo vivido este año con Relink, pero es bastante disfrutable. Si eres amante del género nuestra recomendación es partir desde la máxima dificultad de inicio, y a partir de ahí dejarte llevar por los giros del viaje, los momentos vividos y un RPG a la altura de la saga.
Lo mejor
Lo peor
86/100