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The Legend of Zelda: Echoes of the Wisdom, la unión de nostalgia e innovación

The Legend of Zelda: Echoes of the Wisdom es uno de los últimos grandes lanzamientos de Nintendo S
Alejandro Ruiz

Tras más de 20 horas disfrutando de The Legend of Zelda: Echoes of the Wisdom puedo decir con total confianza que es posiblemente uno de los juegos de la franquicia que más he disfrutado.

Empiezo apuntando que pocos días antes de empezar a jugar me terminé El Escudero Valiente, un juego que nos puede recordar un poco en estilo y sobre todo en encanto a lo nuevo de Nintendo, pero al que por desgracia le ha faltado un poco de ambición a la hora de afrontar su original premisa. No por ello no digo que la aventura del escudero valiente no merezca la pena, artísticamente sigue siendo una gozada y aplaudo muchas de sus elecciones. Pero ahora que he probado este EofW es cuando comprendo que todo lo que le falta al primero puede resumirse con una sola palabra: magia.

La artesanía de Nintendo

Hablo de un saber hacer, de muchas buenas decisiones ensambladas con un rigor artesanal que habla por si mismo desde el primer minuto en el que coges el mando. Creo que puedo decir sin temor a equivocarme que Nintendo está viviendo una nueva época dorada, siguiendo una acertada filosofía de la que muchos deberían tomar nota. Unir lo clásico y nostálgico con lo moderno e innovador. Y en Echoes of the Wisdom consigue transmitir esta unión de la forma más clara posible.

En parte también recoge un poco el testigo del dueto conformado por los previos Breath of the Wild y Tears of the Kingdom, aunque sea en menor escala. Pero la magia sigue ahí, la intención de experimentar y ofrecer nuevas formas al jugador de enfrentarse a los desafíos, de romper los esquemas sin temor a salirse de lo convencional.

Aquí ya no manejamos a Link, es la princesa Zelda quien debe salvar el reino de la amenaza de unas brechas oscuras que amenazar con tragarse Hyrule. Zelda nunca ha aprendido a luchar con espada, pero recibe un bastón de un misterioso aliado con la capacidad de replicar objetos del entorno y colocar copias por el mundo. Los diferentes obstáculos que tendremos que afrontar requerirán que pensemos en como combinar y emplear todos los objetos que vamos encontrando, con el añadido de que siempre dispondremos de la libertad de resolver los problemas de varias formas.

Creatividad por encima de todo

Lo mismo ocurre con el combate. Los enemigos derrotados también se podrán replicar y utilizar como invocaciones que lanzar al campo de batalla para que luchen por nosotros. Y eso respetando el coste particular de estas invocaciones, que evitará que podamos colocar todo lo que queramos sin fin.

Al principio todo el desarrollo se convierte en un gran tutorial para enseñarnos como funcionan los objetos y de que manera podemos usarlos. Una vez se nos abre más camino para explorar, será esencial ir adquiriendo todas las réplicas que podamos, porque con el tiempo los rompecabezas a solucionar serán más complejos y nos exigirán una mayor comprensión del uso de las distintas herramientas que hayamos ido recolectando.

Esta comunión entre la libertad y la diversidad es lo que más aprecio de Echoes of the Wisdom. Agradezco que se utilice el espacio, el propio escenario para enseñar al jugador como funcionan las mecánicas. Agradezco la inclusión de minijuegos divertidos para ofrecer una mayor variedad. Y agradezco el diseño de una propuesta jugable que se arriesga a ser diferente dentro de una saga tan reconocida. Es un vicio en sí mismo querer seguir avanzando para ver que más monstruos podemos capturar y que objetos añadir a la colección. Y luego decidir cuales de ellos vas a utilizar, con el añadido de ir descubriendo que los distintos enemigos tienen debilidades concretas. A un oponente con armadura no puedes atacarle con palos, necesitas invocar a un monstruo que pueda perforar esa armadura. Las plantas son más vulnerables al fuego, y a los enemigos voladores tendrás que combatirlos con armas a distancia o monstruos de su misma condición. Pero siempre dispondremos de varias opciones a elegir, por lo que si prefiero atacar con varias polillas gigantes o lanzando momias es todo a mi elección.

Una interfaz cómoda pero con asperezas

La mayor pega que le puedo poner es un importante tropiezo que se ha señalado mucho en general: un menú bastante engorroso por el que navegar a la hora de seleccionar nuestras réplicas. Amplio esa sensación a la hora de pedir zumos, los objetos que nos permitirán curarnos u obtener efectos beneficiosos temporales, ya que tenemos que pedirlos uno por uno sin posibilidad de comprar varios a la vez.

Más allá de eso, si es cierto que en las últimas horas de la aventura el ritmo puede llegar a decaer un poco. La variedad de réplicas disminuye sobre todo a nivel de objetos, dejando la sensación de que no se ha aprovechado del todo el gran potencial del juego. Hasta cierto punto lo puedo entender, porque la filosofía es la misma que en Breath of the Wild o Tears of the Kingdom: dar total libertad al jugador para resolver los puzzles, ya sea con elegancia o de la manera más chabacana posible.

No por nada la red se ha inundado de vídeos en los que lo jugadores han probado locas fórmulas de romper el juego. Se permite aplastar a los enemigos con rocas gigantes y hasta volar indefinidamente sujetos a un pájaro que persigue una zanahoria en línea recta.

Hay también bastante contenido secundario que se agradece, incluyendo alguna sorpresa que no quiero destripar. Algunas misiones secundarias están muy bien planteadas, consiguiendo ofrecer más variedad a una aventura de duración muy correcta.

Las conclusiones de The Legend of Zelda: Echoes of the Wisdom

En definitiva, Echoes of Wisdom es un juego que todo amante de la saga Zelda debe jugar, un gran acierto que derrocha encanto y que se ha atrevido a proponer una nueva forma de plantear desafíos al jugador. No es perfecto, ya que varias recompensas pierden su sentido cuando tenemos el poder suficiente y nos sobran las rupias, y cierto grado de desafío mayor en las mazmorras finales le habría sentado de maravilla.

Tenemos en cambio un producto adaptado para todos los públicos, de gran calidad y que deja un buen sabor de boca para los usuarios de Switch. Espero que las aventuras de Zelda en solitario no acaben aquí y sigamos viendo más en el futuro.

Lo mejor

  • El sistema de réplicas. Mucha variedad de opciones para avanzar.
  • El maravilloso apartado estético, la banda sonora y el carisma de sus personajes.
  • Duración bien medida con mucho contenido secundario. Minijuegos, desafíos opcionales y misiones secundarias muy bien planteadas en general.

Lo peor

  • Me hubiese gustado un mayor desafío a la hora de plantear los puzzles de la segunda mitad del juego. Muchas réplicas dejan de ser útiles con el tiempo.
  • Algunos menús son incómodos de recorrer.
  • La historia, aunque tiene momentos divertidos, se podría haber aprovechado mejor.

85/100

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