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Aetherdrift, la inesperada fusión entre Mad Max y Magic: The Gathering

Aetherdrift es la nueva actualización de Magic a lo Mad Max.
Alejandro Ruiz

Siempre es estimulante pensar en cual puede ser esa nueva vuelta de tuerca por venir en los futuros formatos de Magic: The Gathering, que temática va a englobar estos conjuntos o de que manera se puede innovar dentro de un juego en el que ya hemos visto prácticamente de todo.

 

Personalmente he sido optimista respecto al escenario reciente, me encantó lo que hicieron en Duskmourn, Las tierras salvajes de Eldraine (siempre fan de los soldados de jengibre), Forajidos en cruce de truenos o Asesinatos en la mansión Karlov. Me encantan las colecciones que cogen un tema y van a muerte con él, que se vuelcan en otorgar personalidad y/o dar rienda suelta al humor más desenfrenado.

 

Ratas a la carrera

Por eso aplaudo una vez más al comprobar lo que han hecho ahora con Aetherdrift gracias al pack de presentación que ha llegado a mis manos.

El concepto inicial puede parecer dificil de adaptar a un juego de cartas: Carreras.

 

Sí, en Aetherdrift los mazos se construyen incluyendo vehículos, monturas y sus respectivos jinetes, al tiempo que aparece una genial nueva mecánica central basada en ir aumentando la velocidad en la pista.

Los vehículos son artefactos que por sí mismos no sirven de mucho, hay que girar otras criaturas de la mesa para tripularlos y que estos puedan funcionar. Las monturas en cambio si pueden atacar y defender de manera independiente, pero pueden ser ensilladas y obtener mejoras con ello. Esto además combina con la capacidad de algunas criaturas de encender motores, adquiriendo un nuevo parámetro de velocidad para la zona del jugador que puede ir aumentando una vez por turno si el oponente pierde vidas, hasta un máximo de 4. Y si se alcanza esta velocidad máxima se desbloquean nuevas habilidades especiales en ciertas cartas. Esto crea un sistema sinérgico tremendamente versátil entre criaturas, vehículos y velocidad, que se retroalimentan continuamente dando lugar a decisiones tácticas durante la partida.

Demasiado rápido, demasiado furioso

Creo además que el mayor acierto de Aetherdrift tiene que ver con un factor curiosamente paradójico: que en una expansión centrada en la velocidad se apueste por ralentizar el ritmo de la partida. Esto ocurre por como funcionan los vehículos. Para que puedan utilizarse como criaturas debes tener ya otras en mesa que sean susceptibles de poder pilotarlos.

Esta dependencia de la construcción de la zona subraya la importancia del tempo a la hora de lanzar hechizos. ¿Invoco primero a criaturas suficientes para tripular un vehículo o voy preparando el artefacto en cuanto pueda? Para poder activar un vehículo además puede que sea necesario girar varias criaturas, puesto que la fuerza total debe alcanzar el valor de tripular del artefacto, y además este sólo se transforma en criatura artefacto hasta el final del turno. Son por lo tanto complicados de utilizar sin preparación, pero lo compensan con bastante poder concentrado.

Hay por supuesto atajos en la ruta por activar los vehículos. Hay combos y reglas especiales, y la idea de los mazos orbitan en torno a estrategias para poner en funcionamiento tus bólidos lo antes posible.

Puede que se vea ya que esta es una expansión muy centrada en artefactos. Cuenta a su vez con un toque artístico muy gamberro y se perciben muchas referencias al universo de Mad Max, pero no se queda ahí. En las carreras de Aethedrift puedes ver al mismo tiempo una competición entre cuadrigas, naves, coches de chatarra pero también caballos o zarigüeyas voladoras. Es todo tan loco que difícilmente era capaz de dejar de reír con cada carta que iba descubriendo.

La intencionalidad de la colección es vibrar, ser chillona y explosiva, es algo que también se ha trasladado en sus cartas con arte alternativo. En esta ocasión han optado por tirar de un tono underground. Colores saturados y una estética grafitera, remarcando la apuesta hacia lo gamberro y desenfadado, consiguiendo trasladar a la perfección una sensación de frenetismo constante. Para ejemplificar lo que comento, sólo hay que echar un vistazo a cartas como Élite de telatiros o Zastronauta quemada.

Furia en la carretera

No quiero finalizar este reportaje sin mencionar algunas de las cartas que más me han gustado de entre todas las que he podido catar. Empiezo hablando de conjuros, y solo de uno en específico que me ha gustado por su componente temático, Siniestro infernal. Por un maná negro y el sacrificio de un vehículo o criatura, destruyes un equivalente objetivo. Si este además era un vehículo, robas una carta. Muchas otras cartas de conjuros o instantáneos son interesantes a nivel de efectos, pero personalmente me han parecido más típicos o comunes.

Sigo hablando de cartas puramente divertidas. La Planeadora de Pradorradiante, el Saltador dinamitero, el Ghoda adornado o la Tortuga taquillera son simplemente maravillosas. Y además son cartas baratas y comunes, facilitas de sacar a mesa.

Paso al terreno de los vehículos, tipo insignia de la expansión. El Arrollador de Gastal es para mí el más claro ejemplo de lo que significa Aetherdrift a nivel estético y mecánico. Puro Mad Max que además puede activarse nada más entrar en juego.

Me ha gustado mucho también la Repostadora del Comando (en su versión alternativa), que utiliza la habilidad de agotar por un coste incoloro de 4 para auto-convertirse en criatura artefacto, ganar un contador +1/+1 y robar una carta, todo a la vez. Otro vehículo con arte alternativo resultón es el Carruaje de la aerovidente, que por un maná incoloro y uno blanco activa el efecto de encarecer todas las cartas de un tipo concreto nombrado por su usuario en dos.

A nivel puramente funcional, resalto las Hojas nómadas y el Velocípedo tormentoso. Las primeras son un vehículo equipo que permite dañar dos veces a la criatura equipada, pero es que además puede tripularse y dañar dos veces por su propia cuenta. El Velocípedo tormentoso es una mole que por dos manás verdes y uno incoloro activa un vehículo 5/5 que se puede tripular por sólo tres de fuerza, arrolla y activa la capacidad de colocar contadores +1/+1 sobre criaturas y vehículos que entren en juego, hasta tres contadores si el valor de maná de estos es mayor de 4.

Acabo con mis tres preferidas. Alrojo, jefe de los Coheteros, es un demente piloto trasgo que por un maná rojo y uno verde cuenta con vigilancia y dos interesantes funciones. La primera es que puede girarse para agregar manás de un color cualquiera iguales a la fuerza de Alrojo, pero solo se puede utilizar para activar habilidades. Su segunda capacidad depende y mucho de la primera. Por el encarecido valor total de 10 manás incoloros, uno rojo y uno verde, usa Agotar para colocar en mesa cualquier cantidad de permanentes de tu mano. Por tanto, si consigues elevar su fuerza lo suficiente, el resultado puede ser devastador.

La segunda carta es Fortuna Distante, líder del Fin. Otro gran ejemplo de referencia a Mad Max y la mejor representante del concepto de subir la velocidad. No sólo puede arrancar los motores, una vez activada siempre que ataques haces uno de daño a todos los oponentes. Si la velocidad está al máximo, todas tus fuentes de daño hacen uno más, incluyendo la anteriormente citada.

Por último me reservo la carta que más me ha gustado de todas, el Mecatitán oleaginoso. Su versión alternativa difícilmente puede molar más. Por dos de maná azul y dos negros, es un 4/4 con vinculo vital y rebatir 1 que al entrar en mesa te permite elegir una carta de la mano del jugador, obligándolo a descartarla y robar otra a cambio. Su potencial puede resultar bastante circunstancial pero eso no quita que sea molesto, sobre todo gracias al rebatir.

Cerrando con mis impresiones, insisto en que Magic está en uno de sus mejores momentos, sacando formatos originales que saben cómo dar en el clavo, con el perfecto balance entre mecánica y temática. Aetherdrift es otra muestra de seguir experimentando, de coger un concepto e implementarlo de forma sencilla pero eficiente.

Y aunque nunca he sido demasiado entusiasta del mundo de las carreras, me encantaría ver una en la que caballos y tractores desbocados se enfrentan por alcanzar las mejores velocidades. Y cómo se suele decir, es más importante disfrutar de la travesía que alcanzar la meta.

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