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Cat Quest III, la excelencia pirata entre cañonazos y el humor de siempre

La aventura de Cat Quest III acierta una vez más con un juego repleto de humor y acción.
Periodista. Sevillano, cinéfilo y retrogamer.

Cat Quest III es un puñetazo a la nostalgia por el desfile de homenajes integrados en una aventura rolera directa a los amantes del género. Pero si alguien llega de nuevas a la historia protagonizada por el gatete debe saber que la dulzura de su animación es sólo un escaparate. Uno magnífico para probar ahora suerte como pirata con nuevas mecánicas, el humor de siempre y el desdoble de originalidad de los dos juegos anteriores.

Una pincelada de Zelda, un guiño a Final Fantasy, un boss con referencias a Dark Souls...y así hasta el infinito. Cat Quest III es ese juego al que siempre es fácil volver. Porque aunque no conozcamos el nombre real del protagonista tras tres entregas, el aura del entorno marca a cualquiera. Por las conversaciones, por las tramas de las secundarias, por la jugabilidad y porque es un juego difícil de olvidar.

Miaustástico en cada paso, así es este Cat Quest III.

Con las animaciones perfeccionadas con respecto a los títulos anteriores pero sin más que remarcar su propio estilo, Cat Quest III es lo mismo, pero mucho mejor. La creación de una trama en sólo segundos para convertir al prota en un corsario capaz de conquistar el mundo es irrelevante, pero todo lo que se construye alrededor es una genialidad.

Cat Quest III sabe a lo que va. La historia no es tan importante como la acción y es fácil pasar página para afrontar retos con jefazos de 60 niveles más en el minuto 3 de partida. Y aún así, cada jugador corre el riesgo de perder unas cuantas carcajadas si apura una mazmorra sin saborear los dilemas de cada NPC.

El Pato Funesto quiere destrozarte la vida mientras eres un simple gato a nivel 4.

En ese resumen Cat Quest III es original en su concepción porque el guión lo es, tanto para trazar la aventura como para construir diálogos geniales. Y en esa elección, nosotros como jugador tenemos la opción de elegir en todo momento qué tipo de aventura queremos.

Ahí entran las mecánicas incorporadas. La tercera entrega mantiene el exitoso cooperativo del segundo juego, pero además añade los barcos como nuevo elemento de movilidad y de las batallas. Y aunque en las primeras horas algunas batallas se hacen repetitivas y lentas, pero con las mejoras y armas al completo termina siendo de lo más fresco.

Otro de los puntos fuertes de Cat Quest III es la gran variedad de misiones y de perspectivas jugables según la mazmorra o la exploración abierta. No hay dos iguales, todas se sienten originales y le dan continuidad en cada momento a la aventura. Humor blanco, toques sensibleros, mucho canalla suelto y la inteligencia de The Gentlebros multiplicada en todos los aspectos del juego.

Las conclusiones de Cat Quest III

Cat Quest III es de esos juegos accesibles que en cuanto superas la capa del estilo artístico, aparece como una joya en múltiples apartados. El corazoncito del rolero quedará entusiasmado si saborea los diálogos, pero el del juego de acción lo hará aún más. Un must para los que hayan jugado a las entregas anteriores, y una puerta de entrada perfecta para los que descubren ahora al gatete gracias al Cat-ribe.

La toma de decisiones, una de tantas posibilidades entre mazmorras.

Lo mejor

  • El cambio de armas, sin duda la mejora más notable en el combate.
  • El descubrimiento de personajes complementarios y sorpresas inesperadas.
  •  Una variante oculta en cada mazmorra, en diálogos y jugabilidad. Cada paso se siente nuevo.

Lo peor

  • Los combates en barco al principio del juego, muy repetitivos.
  • La reiteración de enemigos repetidos en lo ancho del Cat-ribe.

80/100

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