Este pasado 3 de septiembre llegaba el esperado Harry Potter: Campeones de Quidditch. Un nuevo título enfocado íntegramente en el deporte mágico y que además llegaba de manera gratuita para los suscriptores de PS Plus. El juego Unbroken Studios y Warner Bros. estaba llamado a ser todo un golpe de nostalgia, pero que finalmente se ha quedado en un efímero entretenimiento.
Dada la ausencia del Quidditch en Hogwarts Legacy, el cual ha resucitado en número de jugadores a medida que nos acercábamos a este lanzamiento, era una baza enorme que podían haber aprovechado. Y lo cierto es que es un título bastante completo que da todo lo que ofrece. Pero que incluso así, es insuficiente, pues quizá tampoco hay mucho más de donde rascar. Pese a su complejidad a la hora de pensar en el largo plazo en forma de objetivos, desafíos diarios y regalos en forma de skins que nos motiven a seguir jugando.
Todo empieza en el hogar de los Weasley, La Madriguera. En su enorme patio trasero tienen improvisado un campo de Quidditch, que nos servirá para que Ginny y sus hermanos nos enseñen lo más importante de éste deporte. Porque todos conocemos las reglas, pero cuando estás subido a la escoba, todo cambia. Siendo la Copa Weasley un perfecto tutorial para aprender a jugar en cada una de las posiciones: Cazador, Guardián, Golpeador y Buscador.
Tras crearnos a nuestro jugador principal, totalmente personalizable, dará comienzo esta fiesta. Aprender a movernos con la escoba puede parecer sencillo, pero pronto nos daremos cuenta de los miles de detalles constantes a los que hay que estar pendiente: proximidad de aliados y de enemigos, esquivar bludgers, así como ciertas estelas de liderazgo del Guardián que nos darán impulso por el campo.
Tras completar los diferentes tutoriales, la magia se apodera de nosotros. Especialmente gracias a que Harry Potter: Campeones de Quidditch cuenta con el mismo doblaje de muchos de los personajes principales de la saga como Harry, Ron, Draco o Ginny. Al menos en lo que al castellano se refiere. Aunque otros personajes tienen voces totalmente nuevas como son Fred y Geroge.
Es entonces cuando nos toca adentrarnos en el Modo Campaña, que continúa con la Copa de las Casas de Hogwarts. Y es en este momento donde empieza el reto de verdad, pues no son sencillos los partidos contra las otras tres casas, en función de la que hayamos elegido.
Hay detalles que descolocan, como que nuestro equipo siempre sea de color verde, y el enemigo el rojo. Aunque estemos jugando un Ravenclaw contra Hufflepuff, lo que nos aleja de la inmersión. Y luego está el incomprensible cambio de las normas, y que por cierto nadie nos explica, como que la snitch solo vale 30 puntos, y el partido continúa aunque sea atrapada. Al menos al principio.
Esto para algunos será una ventaja, y para otros, una gran molestia. Porque lo cierto es que Harry Potter: Quidditch Champions nos traslada la complejidad del deporte del Quidditch. Pero como solo manejamos a un único jugador al mismo tiempo, nunca sabremos qué es más eficaz. ¿Defendemos con el cazador? ¿Pasamos al guardián para intentar detener un disparo? ¿O nos dará tiempo a interceptar una bludger con el golpeador? Demasiado caos en demasiado poco tiempo.
Sin embargo, en multijugador sí funciona a las mil maravillas. Cada uno debe tener clara su posición en el campo antes de jugar, y una vez decidido eso, que comience la fiesta. Pero claro, es como si juegas al FIFA y éste solo dispone del modo carrera en el que controlas a tu leyenda. Porque luego hay modo multijugador para enfrentarnos a otros equipos reales, y amistosos de exhibición, pero la experiencia de juego no cambia.
Además, el título cuenta con un buen sistema de progresión de personajes, con el que ir mejorando a las diferentes posiciones del equipo en función de nuestro estilo de juego. Poder conseguir nuevos tipos de escoba, además de multitud de personalizaciones o personajes de la saga, que le dan un sabor más especial, pero no arreglando sus carencias.
Lo mejor
Lo peor
55/100