La saga Like a Dragon (anteriormente conocida como Yakuza) nunca ha tenido miedo a reinventarse y ha alcanzado tal nivel de libertad y divertida locura en sus propuestas, que a nadie le sorprendió cuando anunció que su siguiente entrega estaría protagonizada por piratas. ¿Yakuzas haciendo de piratas con parches y patas de palo en mitad del mar de Hawaii en pleno siglo XXI?, ¿y qué problema hay?
Este nuevo spin-off, Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii, es la prueba de que esta saga puede hacer prácticamente lo que le venga en gana, siempre que le ofrezca a sus fans su dosis de combates extremos, exploración, diversión y minijuegos. En esta entrega, uno de los más queridos personajes de la saga, el excéntrico Goro Majima, despierta en una playa hawaiana con la memoria borrada y encuentra la ayuda de un niño llamado Noah y su pequeño tigre. A partir de aquí, Majima se ve envuelto en una aventura de piratería, combates navales y toda clase de actividades extravagantes en este paraíso en mitad del pacífico.
El juego sigue la estructura de mundo semiabierto que ha caracterizado siempre a la serie, permitiendo a los jugadores explorar escenarios más o menos extensos llenos de misiones secundarias, algunos minijuegos y actividades opcionales, además de las tareas que harán avanzar la historia principal: esa en la que Majima trata de encontrar los trozos del puzles que le hagan recordar quién es y por qué un yakuza como él ha acabado me dio muerto en una playa de Hawaii.
La verdad es que la extraña pero misteriosamente atractiva combinación de un ambiente tropical con el característico humor y maneras de la saga Like a Dragon funcionan y enseguida nos han convencido para embarcarnos en esta loca aventura de piratas. Acción desenfrenada y situaciones absurdas y memorables a partes iguales.
Si recordáis, las últimas entregas de la serie Yakuza, habían apostado por el combate por turnos, pero Pirate Yakuza in Hawaii recupera el ADN de los primeros juegos con un sistema de lucha en directo más cercano al beat 'em up. Aquí el juego brilla con un montón de opciones para divertirnos en el combate, mezclando dos estilos completamente distintos que Majima puede desplegar, dominar y cambiar a placer en cada combate:
Por un lado, está el modo ‘Perro loco’, que es su característico estilo rápido y agresivo, que favorece el ataque cuerpo a cuerpo con combinaciones veloces de golpes. Aquí podemos cubrirnos, esquivar y combinar toda clase de golpes ligeros y fuertes para crear nuestro propio estilo, rellenando una 'barra de locura' para desplegar algunos especiales devastadores.
Por otro lado tenemos el modo ‘Lobo de mar’, que supone un fresco añadido especial de esta entrega y que introduce armas piratas como dos espadas, una pistola de cañón y versátil gancho de agarre para atraer enemigos y realizar algunos ataques aéreos espectaculares.
El combate es realmente dinámico y variado, permitiendo cambiar entre estilos según nos obligue la situación. Además, tenemos algunas habilidades más sobrenaturales y es que Majima puede invocar doppelgängers o criaturas marinas de todo tipo para desatar el caos en mitad de las batallas. Estas habilidades especiales añaden un toque de estrategia y, sobre todo, un toque de genial espectáculo al combate, haciendo de cada enfrentamiento, ya sea contra un puñado de encarados piratas que nos rodean como contra un jefe final, sea tremendamente satisfactorio.
Otro aspecto interesante del combate es la interacción con el entorno. Al más puro estilo Yakuza, nuestro duro matón con aires de pirata puede usar objetos del escenario como armas improvisadas, ya sean barriles, botellas o incluso peces gigantes rescatados de las redes de los pescadores. Todos estos elementos configuran un sistema de combate rico yprofundo y que es el verdadero núcleo del juego. Pero Pirate Yakuza es mucho más…
El juego nos lleva a explorar Honolulu y Madlantis, dos escenarios que contrastan por su estilo y ambientación. Mientras que Honolulu es una representación semi-realista de una ciudad tropical con una gran cantidad de tiendas, bares y lugares de interés para explorar, Madlantis es una urbe flotante creada a partir de restos de barcos naufragados, donde la ley del más fuerte domina y la estética pirata impregna cada rincón.
En esta loca realidad, resulta que las islas de Hawaii están repletas de matones y mafiosos que han decidido adoptar la estética y la vida pirata de los siglos XVI o XVII y echarse al mar a probar fortuna en sus viejos galeones. Y de alguna manera que no sabemos comprender, la yakuza japonesa ha metido sus narices en este anacrónico negocio del crimen, a pesar de encontrarse a miles de kilómetros de las costas de japón y esté protagonizado por una panda de cosplayers fanáticos de piratas y corsarios.
Pero a Majima no le parece mal capitanear su propio barco y dirigir a su propia tropa de piratas para hacerse con un poco de dinero, patear algunos culos y, de camino, desvelar el misterio de su naufragio y su propia identidad. Y a ello se pone, con la ayuda de su amigo Noah, el cachorro de tigre que lo acompaña y el resto de su familia disfuncional. Y en este rincón del mundo hay mucho que hacer para pasar el tiempo y amasar fortuna: cuidar mascotas, construir refugios, patear piratas, navegar a buscar tesoros y disfrutar de todos los bienes y servicios que el capitalismo ofrece en estas remotas islas del pacífico.
En las dos grandes ciudades y en algunas otras pequeñas islas que iremos visitando, Majima tiene mucha oferta de ocio y negocio para disfrutar como actividades opcionales al margen de la historia principal del juego. Y es que los minijuegos y actividades de ocio y vida cotidiana siempre ha sido un elemento característico de la saga. En esta ocasión podemos encontrar, entre otros:
Como siempre ocurre con los juegos de la saga, la gran cantidad de cosas que hacer aseguran que no caigamos en la rutina y que encontremos mucha variedad, encontrando siempre algo divertido que hacer entre las misiones principales y secundarias del juego.
Uno de los aspectos más llamativos es la inclusión de las batallas navales, algo completamente inédito en la saga. Es cierto que es una jugabilidad que ya hemos visto en sagas piratas como Assassin’s Creed: Black Flag, Skull and Bones o Sea of Thieves, y era evidente que resultaba un elemento obligado en un juego como este. Aquí es una dinámica menos compleja que en esos juegos que hemos mencionado, pero precisamente por eso es fácil de dominar y disfrutar. Es un modo que resulta como un minijuego más de eta entrega y funciona suficientemente bien.
En las batallas navales, con esta mezcla anacrónica de tecnología pirata y arsenal del siglo XXI, cotamos con cañones de largo alcance, lanzallamas y hasta ametralladoras para enfrentarnos a otras embarcaciones rivales. Y hasta podremos hacer uso de un lanzacohetes desde la propia cubierta de nuestro barco.
El sistema de combate naval es sencillo pero efectivo. Se basa en posicionarse correctamente para maximizar el daño de los disparos, al mismo tiempo que se esquivan los ataques enemigos. La movilidad del barco y el uso de distintas armas permite elegir distintas estrategias, desde un enfoque agresivo con ataques cuerpo a cuerpo hasta un estilo más calculador basado en el uso de los cañones de largo alcance. Y en un alarde de darle más dramatismo a los enfrentamientos se han añadido elementos climáticos dinámicos, como tormentas y bancos de niebla, que afectan a la visibilidad y el control del barco.
Además de para movernos por el mapa con nuestro barco y visitar las distintas islas (podemos explorar el mar a placer o realizar viajes rápidos gracias a los faros) podemos desplegar nuestra habilidad en el combate naval en el Coliseo Pirata. Este es un lugar delirante donde esta panda de locos piratas modernos se dan cita para demostrar quienes son los mejores 'lobos de mar' de esta lado del Pacífico. Reclutar a tu tripulación y mejorar y personalizar tu barco serán elementos importantes para avanzar en la aventura.
En materia técnica el juego sigue usando el Dragon Engine, lo que da como resultado unos entornos detallados y, sobre todo, muy luminosos, pero el apartado gráfico presenta ya algunos signos de envejecimiento. Aun así, hemos disfrutado del diseño artístico de Madlantis y en general de las animaciones de los combates. En cuanto al apartado sonoro, temas icónicos de Yakuza como Receive You regresan con nuevos arreglos, mientras que el doblaje (en inglés o japonés) mantiene la calidad habitual de la saga.
El nivel de detalle en los personajes es impresionante, con animaciones faciales expresivas y un diseño de vestuario acorde con la temática pirata. Majima luce espectacular con su atuendo de corsario, y los enemigos cuentan con diseños variados que van desde marineros rudos hasta extravagantes bucaneros con camisas hawaianas.
Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii es un spin-off que apuesta por la acción, la excentricidad y la vida pirata. Con un Majima más desatado que nunca y un sinfín de actividades por hacer, el juego ofrece un buen número de horas de diversión a los fans de la saga. Si no conoces la franquicia, el juego te parecerá una ‘marcianada’ incomprensible, pero si le das una oportunidad igual encuentras razones para engancharte a su combate y descubrir todo lo que esconde este peculiar archipiélago.
Versión analizada: PlayStation 5
Lo mejor:
Lo peor:
80/100