Zapater captura un precioso botín en Soria
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Penalti y expulsión, que no señaló Gorostegui
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414, pero como si fueran miles
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Así vivimos el partido en directo
El Real Zaragoza encarará el duelo del sábado contra el Numancia con ventaja. Así se lo ha ganado gracias a un trabajado empate que tiene un botín esperanzador: un gol que vale como dos. El partido arrancó frenético, con los dos equipos tratando de imponer su ley. Papunashvili estuvo en la génesis del primer gol. Una arrancada suya por la derecha tras un pase de Delmás acabó con una diagonal que el rival abortó con una falta justo en la frontal. Ideal para un zurdo, para el propio mediapunta. Pero Zapater es mucho Zapater. El capitán golpeó el balón con fuerza y colocación y perforó las redes sorianas. Uno de los mejores goles de su carrera, una patada al esférico con la fuerza de todo el zaragocismo. El capitán corrió varios metros y saltó para gritar el 0-1.
Seguramente en ese chillido estaban contenidos sus malos años en Rusia, los miles de momentos duros que ha acumulado durante su segunda etapa zaragocista. Pero aún en plena euforia, el Numancia sacó de centro y en la misma jugada realizó una gran combinación en la banda derecha que acabó en un zapatazo de Unai Medina al poste. El balón le llegó botando a un Guillermo que disparó mordido, casi en semifallo, y consiguió el empate. Tablas pero una certeza: aun con el gol, se estaba mucho mejor que antes al haber logrado el tanto fuera de casa. Bendito zarpazo del capitán.
Tal y como advirtió Natxo González en la previa, el Numancia tocaba buscando rápido las bandas de Marc Mateu y Unai Medina. El partido era muy exigente para los dos laterales canteranos, Lasure y Delmás, y el Numancia dominaba en el centro del campo gracias a un gran Íñigo Pérez.
Con un Pombo anulado por los defensas, el recurso era buscar a Borja Iglesias y que el gallego cediera a los de atrás. Así se hizo en el minuto 25, cuando Eguaras le lanzó un balón en largo Borja para que este se le cediera a un Papu que mandó el balón fuera. Al minuto siguiente, Borja le ganó un balón dividido a un Carlos Gutiérrez que le derribó en el lateral del área. Un espectáculo 'El Panda', capaz de llevarse un balón ante tres rivales con solo un movimiento de cuerpo. Para más inri, le provocó la amarilla a Carlos Gutiérrez.
Conforme pasaba la primera parte el Zaragoza se iba creciendo y recuperando la posición. Como si esos tres buenos balones en largo a Borja hubieran sido como un conjuro para quitarse los males. "Vosotros podéis tocar y tocar, pero nosotros con un balón en largo a Borja os podemos volver locos", parecía que le decían los blanquillos a los sorianos.
Siguiendo la enésima bajada de balón de Borja Iglesias, Papu volvió a entrar en acción. Ágil y escurridizo, entró en el área a fuerza de movimientos de caderas y Carlos Gutiérrez lo derribó. Era penalti claro (derribo muy similar al de la falta del 0-1), segunda amarilla para el central y... el árbitro vio todo lo contrario: tarjeta para Papu. Gorostegui Fernández entendió que el histrionismo del georgiano al caer era motivo para ignorar lo que en directo pareció claro... Con esa jugada se llegó al descanso.
Empezó bien la segunda parte el Numancia, con un disparo manso de Pere Milla que atrapó sin problemas Cristian. Lasure fue el protagonista de las dos respuestas zaragocistas, primero con un gran centro que despejó la defensa con problemas; segundo, con una asistencia a Papu para que el georgiano sacara a pasear su zurda y pusiera en apuros al meta numantino. El conjunto soriano asustó al minuto con un disparo de Unai que se fue rozando el palo de Cristian. Un intercambio de golpes muy parecido al de la primera parte. Los sorianos, fuertes en la presión, atacaban a ráfagas, inquietando en ciertos momentos la portería zaragocista. El Zaragoza, por su parte, respondía con el mismo peligro de la primera parte.
Un gran centro de Delmás en el 66 para un Borja Iglesias que remató de media chilena casi desató la locura en la grada visitante. Hubiera sido un golazo del gallego, pero no conectó nada bien con el balón. Se entraba ya en la recta final y Natxo cambió a Papu por Buff para que le pusiera algo de pausa a un encuentro demasiado frenético para lo que había en juego. Natxo González había advertido que iba a ser un partido normal hasta el minuto 70... y que a partir de ahí ya jugarían con el resultado. El Real Zaragoza se dedicó a mantener el empate, a dar un paso atrás y frenar el ímpetu del Numancia. En esa tesitura, el árbitro pitó el final del partido.
Quedan, mínimo, 90 minutos en el templo de La Romareda. Ahí habrá que santificar el gol de Alberto Zapater y consagrar el trabajo de este empate a uno.