Año I de la nueva propiedad: 365 días de luces y sombras

El 24 de mayo de 2022 aterrizaba Jorge Mas en la ciudad de Zaragoza. La llegada del empresario norteamericano suponía la confirmación del cambio accionarial en el Real Zaragoza, con la esperanza de un nuevo impulso para la entidad aragonesa.

Lo cierto es que, un año después, las expectativas creadas alrededor de la nueva propiedad no han podido cumplirse al completo y, por el momento, se han pasado 365 días con luces y sombres, alimentando, eso sí, la esperanza de que el próximo curso sea el definitivo.

Rebaja de la deuda del Real Zaragoza

Como sucedía con la Fundación 2032, el gran punto positivo de la nueva propiedad es el apartado económico. Aunque al contrario que en el tiempo anterior, ahora se ha pretendido rebajar la deuda de una forma más rápida y efectiva, necesitando de una notable inversión.

Se ha liquidado la deuda con Hacienda y se ha reducido la deuda general notablemente quedando ahora en una cifra que supera, los 45 millones de euros, pero que está lejos de las cifras que se manejaban con anterioridad.

En el aspecto económico y societario, aparece una laguna a la hora de explicar la composición del accionariado del club, con Pablo Jiménez de Parga como máximo accionista y las relaciones de este y otros de los nuevos dueños con el Atlético de Madrid.

El fracaso deportivo del equipo blanquillo

Lejos de luchar por el ascenso, esta temporada ha sido, otra vez, una travesía en el desierto para el Real Zaragoza. Dos de las decisiones más contestadas del curso llevan el sello de Raúl Sanllehí, como son la de mantener a Miguel Torrecilla en la dirección deportiva y el cambio de Juan Carlos Carcedo por JIM en el banquillo para iniciar un proyecto deportivo que nunca llegó a detallarse.

A ellos se le suman una serie de fichajes que, en general, no han acabado de rendir al nivel esperado. De esta manera, el equipo se asomó al precipicio durante buena parte del curso, obligando a dar un giro de timón que se llevó por delante a Torrecilla y Carcedo.

La llegada de Fran Escribá y Juan Carlos Cordero, así como una esperada ampliación del límite salarial, abre la puerta a un proyecto ilusionante de cara a la campaña que viene, pero que no puede ocultar la desilusión de la afición por lo sucedido en la temporada que ahora termina.

La Romareda, el gran proyecto por hacer

Entre las ideas con las que llegó la nueva propiedad al Real Zaragoza destacaban dos: la prominencia de la Academia y la necesidad de un nuevo estadio. De momento poco se sabe de la reforma de la Ciudad Deportiva, en la que se han mejorado algunas instalaciones gracias al impulso del acuerdo con CVC.

Lo que sí está claro es que el nuevo estadio de La Romareda está, posiblemente, más cerca que nunca. Con el Mundial 2030 en el horizonte, se ha encontrado un apoyo en las instituciones que, sin ser unánime, es mayor que en otras ocasiones. Tanto es así, que ya se conoce el proyecto para el nuevo estadio y buena parte de las condiciones de la construcción.