Mireia, la empresa y el valor del deporte español
El valor del deportista español ha crecido de forma exponencial en los últimos cuatro años. Si comparamos el impacto mediático y empresarial que ofrecían los héroes de Londres 2012 con el nuevo escenario de la víspera de los Juegos de Río 2016, hay un abismo, un subidón de márketing que traza un antes y un después de la apuesta del mundo empresarial por el deporte emergente.Luis Villarejo
En primer lugar se ha desterrado en este ciclo olímpico el concepto de deporte minoritario. Ahora es emergente, tiene otro apellido, impulsado por un acuerdo histórico con LaLiga, que a través de LaLiga4Sports, riega de un dinero extra a las Federaciones que por fin han convertido al fútbol en un auténtico hermano mayor del resto de los deportes.
La financiación de LaLiga a las Federaciones, a través de un porcentaje de los derechos de televisión, han dado sosiego a sus presidentes en su planificación.
Ahora todas las empresas, de una u otra forma, quieren sentar en su mesa a un deportista de fuste. Fuera de concurso Rafa Nadal, Pau Gasol y el deporte de super élite, se asoma Mireia Belmonte, que en Londres 2012 era una chica desconocida sin apoyo alguno, y que cuatro años después cuenta con una agenda repleta de patrocinadores.
San Miguel, UCAM, Renault, Banco Santander, Page Group, Speedo, OHL, EDOX, P&G, Plátano de Canarias arropan a Mireia, que con su esfuerzo y sacrificio además, se gana su merecida beca olímpica de ADO.
Algunos deportistas españoles se encuentran en la villa olímpica de Río sabiendo que una medalla les puede cambiar la vida. Otros como Gómez Noya, se han caído por el camino, sin poder devolver como él hubiera querido la confianza que un puñado de marcas le han brindado estos cuatro años. A Gómez Noya en Londres no le sobraba nada, organizaba sus gastos con austeridad, vivía justo y en este ciclo ha visto cómo le han premiado su desgaste en el triatlón.
Specialized, Roka, Bahrain Insurence, Mitsubishi, Movistar, Pamesa, Popular, Oakley, Polar, Mizuno, Sram, Compresport arropan a Gómez Noya, que junto a Mireia son dos ejemplos de una buena asociacion de la empresa con un deportista de elite.
Afortunamente, el deportista entiende ya que no puede compararse con el futbolista. Al contrario, sabe por fin que es bueno asociarse a él y que no es su enemigo. Conviven mejor en el mercado.
Ona Carbonell es asidua de marcas en televisión, es imagen de Omega; Carolina Marín ha sido madrina de la nueva línea de Iberia que une Madrid con Shanghai y Lidia Valentín, que apunta a ser revelación en Río, ya ha firmado un acuerdo interesante con Bridgstone.
Son algunos ejemplos que ilustran el cambio de estrategia, el nuevo sistema mixto de financiación público/privado, que en medio de un período de crisis económica, ha conseguido remontar el vuelo y presentarse en los Juegos con unas previsiones interesantes: una opción de colgarse 18 medallas y de asegurarse 46 finalistas.
Llega la hora de la verdad, la hora de competir. Un mínimo error, un despiste puede costar el trabajo de cuatro años. Los deportistas españoles son admirados en todo el mundo. Y lo importante para ellos, cuentan ya con el respaldo de las empresas privadas. El deporte vende. ¿Es mejorable el sistema?. Seguro, pero nuestros deportistas -en especial los que vienen a por medalla-, son queridos y cotizados.