Querido Karim Benzema
Antes de leer, observen la imagen. ¿Ven a todos esos chicos de blanco sonreír? ¿Ven al tipo fino, con barbas y poco pelo? Esas sonrisas tienen una razón y no es otra que el de las barbas: Don Karim Benzema. El Real Madrid se paseó ante el Leganés en un -el enésimo- recital del delantero que nunca está, que siempre falla, que no marca.
El pasado martes el Real Madrid celebraba el 25 aniversario del primer día de Raúl González Blanco en LaLiga Santander. El actual técnico del Castilla contaba a partes iguales a sus fans y a sus haters. El que nunca hace nada, le decían.
El que nunca hacía nada marcó goles importantísimos en la historia del conjunto blanco y se consagró -me cuesta perdonar a aquellos que lo dudan- como uno de los mejores delanteros (y jugadores) de la historia madridista.
En la misma línea -y perdonaré también a aquellos que lo duden- anda un chico francés que tampoco suele hacer demasiado con el conjunto blanco. Este miércoles ante el Leganés asistió en dos goles, bajó a crear junto a sus compañeros, se sacó una chilena de crack y no marcó por muy poco. No fue porque no lo buscó.
Muchos dirán que que falló varias y otras tantas historias ventajistas. Karim Benzema, con siete goles, es el máximo anotador de la competición. Anota un gol cada 100 minutos en la competición casera, que si los partidos duran alrededor de 95' parece que las cuentas están claras...
Querido Karim Benzema, muchos le criticarán, muchos dirán que no hace nada, que no es delantero para un equipo tan grande como el Real Madrid. Piense que otros tantos hablaban de Raúl González Blanco como el tipo que apenas tenía suerte en el área.
Siga así, muchos seguiremos diciendo que usted es uno de los mejores delanteros del mundo. Tras el recital de esta noche, puede dormir tranquilo.