El 'chico de oro' se consagra en el Metropolitano

El Atlético de Madrid vivía este miércoles su primera 'final' en lo que llevamos de temporada. Un encuentro de un gran valor que tendría al frente del Lokomotiv de Moscú y en el que se jugaba el 'ser o no ser' en la Champions League.

Un choque de una gran envergadura que están diseñados para jugadores importantes. Una oportunidad que no quiso dejar pasar Joao Félix. El portugués estaba decidido en silenciar cada una de las voces que tildaban al equipo de falta de gol y por ello se echó el equipo a sus espaldas.

El ganador del último Golden Boy comenzaba el choque bastante motivado. Hasta el punto de pedirse el penalti que terminaría desaprovechando Trippier. Un revés que no desanimaría al joven futbolista.

Pero el partido le sonreiría poco más tarde. Una mano en el interior del área rusa servía para que Joao desequilibrase el choque en el minuto 16 engañando a Kochenkov. Un momento que supondría un antes y un después para el talentoso jugador. Un paso al frente complicado para un chico cualquiera de 20 años. Pero no para este futbolista.

Ante el conjunto ruso, el Wanda Metropolitano pudo observar al mejor Joao Félix desde que llegase por una cantidad astronómica procedente del Benfica. El '7' rojiblanco mostró todo su repertorio para deleitar una y otra vez a cada uno de los asistentes al choque.

Velocidad, desmarques y jugadas de ensueño que hacían levantarse de sus asientos una y otra vez a cada uno de los presentes en el feudo colchonero. Un recital de fútbol tan necesario como fundamental para el pase de un Atlético de Madrid que volverá a soñar con llegar lo más lejos posible en una competición que le sigue debiendo una. Joao ha llegado en el mejor momento. Ahora tocará esperar si es para quedarse o tan sólo fue un espejismo.