Luis Suárez, bienvenido a la realidad
Ni siquiera un goleador tan rotundo como el uruguayo Luis Suárez ha cambiado la reincidencia del Atlético de Madrid cuando sale del Wanda Metropolitano, con un 0-0 en Huesca y reducido a un visitante deficitario desde hace tiempo, acostumbrado a una inasumible cantidad de igualadas: 11 en sus últimas 20 salidas.
Ni los 62 minutos del ariete uruguayo, que tuvo nada más una ocasión, un duelo individual escorado con Andrés Fernández que ganó el guardameta local, ni la presencia todo el partido de Joao Félix ni el recambio de Diego Costa después ni la apuesta inicial por Marcos Llorente o Víctor Machín, 'Vitolo'... Nada varió la dinámica.
No halló la fórmula. No se acercó a ella en el primer tiempo, lastrado por la lentitud en la transición del medio centro formado por Thomas Partey y Saúl Ñíguez, ni tuvo algo parecido a una ocasión hasta la segunda parte. Pero entonces sí promovió y mereció quizá el gol, con un tiro de Marcos Llorente, con la oportunidad de Suárez, con unas cuantas acciones de Joao Félix, con un remate de Koke, con uno de Felipe...
Simeone, ni con Luis Suárez ni con Diego Costa
Ahí sí puso en apuros al Huesca, sostenido por Andrés Fernández, pero no logró alterar el 0-0 el Atlético, que sufre un frenazo que aumenta su brusquedad por el prometedor 6-1 del debut dominical, mientras mantiene una dinámica inquietante cuando juega de foráneo.
El Atlético necesita mucho más fuera de casa. Su nivel lo exige. No le vale nada más con ser solvente en el Wanda Metropolitano. Creer en la Liga, competir por ella de verdad -no lo hace realmente desde 2015-16- o sentirlo así pasa por todo lo que no ha hecho como visitante en las dos últimas temporadas, con excepciones puntuales.
🔢 Analizamos, una a una, las actuaciones de los jugadores del Atlético en el #HuescaAtleti https://t.co/yY9iMhLXBd
— ElDesmarque Atleti (@DesmarqueAtleti) September 30, 2020
No basta con empatar cada vez que sale fuera. O ganar nada más de vez en cuando. Por mucho que limite las derrotas a domicilio. O que este miércoles terminara encerrando a su adversario hasta el final. La única fórmula para pugnar por la Liga es recuperar la figura como visitante de tiempos pasados, cuando al menos una mayoría de sus desplazamientos, eran sinónimo de triunfo en la era Diego Simeone.
No ha sido así los dos últimos cursos. Ni el más reciente, cuando ganó seis de sus 19 encuentros como visitante en la Liga, con una secuencia reiterada de empates, diez, y sólo tres derrotas; ni el anterior, en 2018-19, con siete triunfos, siete igualadas y cinco partidos perdidos. En ese tiempo venció 13 de 38 salidas ligueras.
De ambas se extraen varias coincidencias. Una numérica: ganó 28 de los 57 puntos. Y una clasificatoria: no peleó por la Liga.
Lo segundo fue indudablemente consecuencia de lo primero, porque en casa sí fue el equipo que se espera, o al menos se acercó a él, tanto en 2019-20 (42 de 57 puntos; doce triunfos, seis empates y una derrota -con el Barcelona-) como en 2018-19 (48 de 57; 15 victorias, tres igualadas y un partido perdido -con el Real Madrid-).
Lo remedió algo en la vuelta a la competición después del parón por el Covid-19, con tres victorias y cinco empates como visitante en LaLiga Santander, que agrandan a nueve las salidas invicto del conjunto rojiblanco con la victoria de este miércoles en El Alcoraz, donde Simeone recurrió de nuevo a las variaciones en el once.