Samu rompe, Willy resiste y Amrabat liquida

Ismael Touat IIIEl Málaga se trae de El Sadar una victoria capital. Sumó tres puntos de oro y cogió aire tras una semana agitadísima en lo extradeportivo. Schuster y los suyos necesitaban un triunfo de este tipo, dominando a Osasuna, salvando adversidades y recortando distancias a un adversario directo.
Al Málaga hasta le acompañó la suerte que a veces le dio al espalda. Viene el Madrid, pero llueve menos.
Salvo alguna actuación individual y algún susto más de lo deseado a balón parado (la tónica de la temporada), el Málaga firmó un notable partido. Amrabat, Santa Cruz y Willy guiaron al conjunto blanquiazul hacia una victoria trascendental en lo numérico y, por qué no, en lo futbolístico. Es un triunfo para crecer, al margen de las ofensas de Schuster.

La primera parte del Málaga fue la mejor en tiempo. Al menos, lejos de La Rosaleda. Un Málaga intenso, decidido y con carácter saltó al césped de El Sadar con la intención de hacerse dueño del encuentro. Lo hizo con la connivencia de un Osasuna agazapado en los dominios de Andrés a la espera de una contra certera. El cuadro de Schuster, no obstante, presionaba arriba y estrechaba el cerco por ambas bandas.
Pronto tocó premio. El Málaga aplicó a Osasuna su propia medicina con un gol a la contra, obra de Samu. El de La Luz culminó con exquisita clase un centro templado de Amrabat. Inició la jugada Santa Cruz, una garantía por su inteligencia y saber estar en el campo.
Claro que Osasuna también juega. No ocurrió como ante el Valladolid, no reculó el Málaga sino que fue el conjunto rojillo el que generó peligro a base de juego directo. Se encontró al de siempre, un Willy Caballero imponente. Primero salvó al Málaga con una parada propia de fútbol sala tras córner; después metió las manos a un disparo de Loties que luego impactó en el palo. Willy sostuvo al Málaga, desnudo en cada jugada a balón parado.
Tras la reanudación, después de rozar el 0-2 en un córner, el Málaga se quedó con diez. Gámez se fue a la calle por sacar el codo a pasear aun sabiendo que tenía amarilla (de chiste, pero amarilla). Se oscurecía el panorama. Con 40 minutos por delante, el partido ponía a prueba al bloque de Schuster.
Respondió de forma excelente. Primero, resistiendo las embestidas de Osasuna. Nuevamente Willy se mostró inabarcable, salvando incluso remates accidentados de Flávio. Segundo, liquidando el encuentro con un tanto impresionante de Amrabat. El holandés y Santa Cruz se fabricaron una jugada casi de la nada. El delantero guaraní quizá firmó su mejor partido desde que viste la camiseta del Málaga.
Schuster en esta ocasión supo gestionar sus recursos. La entrada de Sergio Sánchez y Tissone dio solidez al equipo. Sorprendentemente, el Málaga gestionó su renta de forma notable. Salvo un balón que salvó el catalán bajo palos y otra parada de Willy, los blanquiazules no sufrieron en exceso. Amarró el average e incluso pudo engordar su cuenta con alguna arrancada de Roque y Amrabat. Una victoria capital.