De Camacho a Camacho
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El apellido y una venda en la cabeza eran motivos suficientes para que saltase la comparación. De Ignacio Camacho a José Antonio Camacho. La imagen del murciano acabando un encuentro contra Irlanda del Mundial 86 con un aparatoso vendaje es parte de la historia de nuestro fútbol. Y parte de la historia, pero malaguista es su 'tocayo de apellido', si es que ese concepto existe.
El centrocampista del Málaga recibió un golpe de Iván Rakitic. Para Clos Gómez no fue nada, pero el jugador comenzó a sangrar y tuvo que ser atendido urgentemente por los servicios médicos del club. Y luego saltó con su habitual bravura para seguir siendo el dueño y señor de la zona ancha de La Rosaleda. Un verdadero titán.
Al salir por la zona mixta dijo con una sonrisa "esto no es nada, cinco grapitas", mientras mostraba la zona donde se produjo el golpe. Ante el televisión ya había contado algo: "No pasa nada, he visto que la gente gritaba y chorreaba la sangre pero na pasa nada, ahora me miraré". Oficialmente es una herida inciso-contusa en la zona parietal derecha. Pero para un tipo así no es nada, lo mismo que para Camacho, el otro, en el Mundial 86.
