Los detalles del espectacular tifo del Sánchez-Pizjuán en el derbi: lección de historia y sevillanía

Si algo tiene el derbi entre el Sevilla FC y el Real Betis es un colorido único. Las aficiones se esmeran en hacer del partido algo muy especial, y en el caso del sevillismo, el Ramón Sánchez-Pizjuán no solo es una fiesta, sino que antes de que comience el choque en la grada de Gol Norte se despliega cada año lo más parecido a una obra de arte que se puede ver en un estadio de fútbol.

La Brigada Tifo de Biris Norte, el grupo ultra del Sevilla, se esmera como nunca en todo el año en este partido, y en el derbi de esta jornada 9 han desplegado un espectacular tifo, uno más, lleno de detalles y sevillanía.

Las banderolas, que ocupaban el Gol Norte prácticamente desde lo más alto hasta llegar a ras de césped, representaban al escudo del Sevilla, escoltado por Santas Justa y Rufina, Santas Patronas de la ciudad y Protectoras de la Giralda y la Catedral, con una composición plagada de detalles.

Nacidas en el Siglo III después D.C., las santas fueron dos hermanas nacidas en Sevilla, a las que se le sometió a multitud de martirios por su fe. Se les nombró patronas de los gremios de alfareros y cacharreros, y en la ciudad son especialmente veneradas en la propia Catedral y en Triana, barrio de alfareros y ceramistas. El tifo se completaba con una gran bandera desplegable que, en letras similares a las romanas, se desplegaba a lo ancho del Gol Norte, en el que se podía leer: “Protectoras de nuestra Fe”.

A los pies de las santa figuran siete vasijas de cerámica, una por cada trofeo de la UEFA Europa League ganados por el club nervionense a lo largo de su historia. Todas, con su leyenda, como la fecha de fundación de 1890, tapando otra vasija en el que se podía ver el 19, seguramente continuación del 1905 que se daba como fecha de fundación del Sevilla hasta hace unos años. Otra con los dorsales 10 y 16, en recuerdo de José Antonio Reyes y Antonio Puerta, los dos canteranos fallecidos en trágicas circunstancias que están siempre en el recuerdo del sevillismo. La propia Giralda y el logo de la Europa Legue también aparecían.

Y por último, abajo, un león manso. Cuenta la tradición que tras ser sometida a numerosos martirios, Diogeniano, prefecto de Sevilla, creyó que Rufina sucumbiría a sus deseos tras la muerte de su hermana Justa, y decidió llevarla al anfiteatro y dejarla a expensas de un león para que la destrozase. La bestia se acercó, y lo más que hizo fue mover la cola y lamer sus vestiduras como haría un animal de compañía. El prefecto no aguantó más y la mandó degollar y quemar su cuerpo, todo ello en el año 287.

Múltiples detalles para un nuevo tifo para el recuerdo en el Sánchez-Pizjuán en un derbi. Toda una lección de historia en un estadio de fútbol.