La noche más negra del entrenador

Las versiones son distintas, o complementarias, según a quien se escucha. Que Juande Ramos no estaba a gusto en el Málaga se venía masticando hace un tiempo, pero la decisión de marcharse la ejecuta después de que el Málaga cayera en un partido que dejó en el aire las vergüenzas de un equipo descompuesto defensivamente, que recibió cuatro goles de un equipo de Segunda División.

El adiós de Juande llega después de ese partido, en el que una apuesta personal como Boyko, en el que insistió muchísimo durante el verano y después le dio la titularidad en el lugar de Kameni, fuera increpado desde la grada de manera que pareció hasta cruel por un sector amplio de La Rosaleda. Fue el detonante de que la afición le bajara el pulgar a un técnico que sólo seis meses atrás había levantado las máximas expetaciones. Y para que el técnico dijera basta, por más que le rondara la cabeza.
La historia dirá que el último partido de la segunda etapa de Juande Ramos en el Málaga fue ante el Córdoba en La Rosaleda, la vuelta de un partido de Copa un frío 20 de diciembre. El parón es el momento idóneo para buscar un nuevo entrenador con cierto margen.