Martín rebaja el perfil

Siempre fue un tipo imponente Martín Demichelis. Dentro y fuera del campo. Su personalidad, arrolladora. Pero los años amansan y también los escenarios. Sabe dónde viene, dónde regresa. Por eso su perfil fue mucho más bajo de lo habitual en el día de su segunda presentación como jugador del Málaga.

Lucía, lució, más que una sonrisa, una media sonrisa en casi toda la rueda de prensa. Su tono de voz era bajo, a veces hasta costaba entender qué decía a pesar de la ayuda de la megafonía y del silencio atento del que los presentes hacían gala cada vez que el argentino abría la boca. Eran unas explicaciones esperadísimas. Se notaba en sus gestos cuando reconocía esas viejas caras de algunos periodistas a los que tantas veces se 'midió' en su primer ciclo, algo así como ademanes entre la aprobación y el recuerdo.
Siempre manejó el contexto Demichelis y el discurso externo. Cuando quería hablar, hablaba. Muchas veces cortante. En esta ocasión no fue así, estaba preparado para responder a todas las cuestiones espinosas como la denuncia y el asunto Atleti-City. Sabe que para mucha gente no es bien recibido, lo asumió y mandó los mensajes necesarios para que cuando le toque hablar en el campo, todo venga rodado.
Su aspecto lucía casi como antaño, alguna arruga más, corte de pelo a la última (aunque ya no su clásica melena), barba cuidada y tonos oscuros predominantes en su ropa. Como si estuviese estudiado. Cuando posaba para los medios gráficos, su gesto era prácticamente el mismo que se vio en 2011 en el mismo lugar (aunque con otros acompañantes), o la que se puede ver en su primer día en Manchester o Barcelona.
Cuando acabó la sesión 'de interior', se retiró discretamente, escoltado por el director de comunicación, se marchó tranquilo hacia el interior del estadio, dispuesto a vestirse de corto para seguir la liturgia fotográfica. La segunda vez que estrenaba camiseta, aunque en esta ocasión, con muchísima menos expectación en el entorno.