El retrato de la deriva

El Málaga se hunde rumbo a Segunda sin capitán ni timonel y con marineros de dudosa utilidad. La imagen que captó la Peña Universitaria, parte de cuyos miembros estuvieron en Butarque, es demoledora. Refleja en cierta forma lo que es un club, no sólo un equipo, a la deriva.

La instántánea del venerable Abdallah Ben Barek a sus más de 80 años y el inasequible Francisco Martín Aguilar en el césped del estadio madrileño, tras el enésimo descalabro, habla por sí sola. Los consejeros del Málaga hicieron de cabeza de expedición, como suelen, en tierras madrileñas. Los 200 malaguistas que no dejaron solo al equipo rabiaban por la derrota. Las imágenes de la retransmisión de los aficionados eran conmovedoras. Niños y mayores con cara desencajada. Hasta ellos se acercaron Nordin Amrabat, caballeroso hasta el extremo, y ellos, Ben Barek y Martín Aguilar. Los jugadores solventaron el trámite con un saludo desde 30 metros. 
En un momento de crisis deportiva extrema no hay referencias visibles en la entidad a las que acudir. Ben Barek y Martín Aguilar ejercen una encomiable labor representantiva pero no tienen ninguna responsabilidad ejecutiva. Ellos, malaguistas de rancio abolengo, se comieron el marrón de intentar consolar a un reducto de malaguismo inconsolable. El retrato de la deriva.