De los perdones a los regalos
El Málaga CF no es un equipo con alma asesina. Le cuesta matar al rival. Este martes de fútbol en horario de trabajo lo ha vuelto a demostrar. Se adelantó pronto gracias al gol de Cifu, que se puso la camiseta de ‘9’ y que demostró sus imponentes condiciones físicas, pero cuando tuvo al Rayo contra las cuerdas no le aplicó el golpe mortal. Juankar; Adrián; Juanpi, en dos ocasiones claras (una de ellas en fuera de juego); y Sadiku, en otra inmejorable jugada, coleccionaron un buen manojo de opciones dilapidadas. La peor noticia al descanso era lo exiguo del marcador ante un rival de la calidad del Rayo. Tanto Víctor como Paco Jémez coincidieron en que la ventaja era mínima viendo la primera parte. El Málaga había perdonado demasiado. “Nos está costando cerrar los encuentros”, dijo Cifu.
Jémez metió tras el descanso a Bebé y desequilibró la balanza. El portugués dio primero un palo y luego hizo mucho daño en la banda derecha del Málaga, desde donde llegó el empate tras centro de Saúl y remate de Embarba en el segundo palo. Con el partido igualado, al Málaga le volvió a costar un mundo sacar la pelota jugada desde atrás, una de las premisas del libreto de Víctor. Se incurrieron entonces en numerosas entregas fallidas que generaron peligrosas transiciones del Rayo, que tenía la pausa de la posesión y el vértigo por su presión adelantada y los errores que ofrecían de forma reincidente Keidi, Benkhemassa, Luis Hernández…
El Málaga, que hizo una muy buena primera parte, pasó de perdonar mucho y dejar vivo al rival al descanso a conceder demasiados regalos en la segunda mitad. Por caridad que no quede...