2-0, m. 79: Tete Morente
Como dos estrellas fugaces
Como dos estrellas fugaces. Así aparecieron los golazos de Juanpi y Tete Morente, de sombrerazo ambos, ante el Alcorcón (2-0) para conseguir matemáticamente la salvación más sufrida que se recuerda. Alguno habrá perdido años de vida con esta temporada, pero la espera terminó con el gran subidón del año. El cemento de La Rosaleda se bebió los gritos al aire de los jugadores del Málaga, que obraron la victoria que se necesitaba y que deja permite a su gente, al fin, conciliar el sueño y sabiendo que su equipo estará la próxima campaña en LaLiga SmartBank. Entre tantas espinas, el último sabor fue dulce como la miel. Deseo concedido para todos.
El partido se entiende a partir de la pierna izquierda de Juanpi, con la que arrancó una jugada con la que cambió todo. O mejor dicho, con la que se acabó todo. No sabremos si el día eligió a Juanpi o si Juanpi eligió el día, pero no fue hasta hoy cuando el venezolano estrenó su cuenta goleadora esta temporada. Qué forma de hacerlo, qué golazo para la salvación. El Juanpi gambeteador, eléctrico e irreverente, el Juanpi que algún día dejó de brillar con fuerza, apareció en el 22' para sortear rivales en tres cuartos de campo, inventarse un zigzag torero de otra categoría delante de Dieguez y sortear con tranquilidad ante el portero. El gol que venía buscando -y mereciendo- últimamente. Al final, el talento decidió.
La piña posterior, la imagen que resume una temporada. Corrió como un poseso Juanpi, enrabietado por todo lo que el equipo guardaba en la mochila. Se lanzó de rodillas y todos los jugadores formaron una piña significativa. La foto del partido, la foto de este año. La que volvió a mostrar la unión de un vestuario obligado a rearmarse una y otra vez, con un saco de malas noticias a cuestas y únicamente unas migajas en lo positivo. Pero hasta aquí, hasta el gol de Juanpi. Justo hasta donde duró el dominio en la primera parte de un Alcorcón que terminó asustando al borde del descanso con un remate de Arribas desde dentro del área que salió cruzado.
La segunda parte transcurrió entre los fogonazos que permiten las piernas a estas alturas y los goles que fueron cayendo en otros campos. Pendientes del verde de Martiricos, pero también de otras plazas. El Málaga se volvió a agarrar a su mejor arma, el excelente juego defensivo implantado por Pellicer, para contrarrestar el último empeño del Alcorcón de llegar vivo a la última jornada. Todos se multiplicaron atrás, hasta Buenacasa, para quitarle la opción de un latigazo desde dentro del área a Dieguez con todo el Málaga metido en la caja.
Luis Muñoz terminó por romperse del todo, después de jugar el último tramo de liga con el corazón en la mano y poniendo en juego su físico, y el Málaga, replegadito, montó una contra que culminó Tete con un golazo de bandera. Hicham corrió la banda con la frescura por bandera y cedió para Tete, que pisándola con la zurda y girando sobre sí mismo, con un reverso de otra dimensión, rompió al central y terminó definiendo con maestría al palo corto. Don Tete Morente. Golazo y otra vez la piña. La piña de la salvación. Grítenlo fuerte, ahora sí: ¡El Málaga está salvado!
Si la acción de Teté Morente para marcar el 2-0, la hace Messi, Benzema & Cía, estarían echándola en todas las TV durante meses.