La hora de Lemar
Moscú, 25 jun .- Con solo 22 años, el nuevo jugador del Atlético de Madrid Thomas Lemar parece vivir un momento trascendental en su carrera, un tren que pasa por delante de su puerta para relanzar a un jugador que parecía destinado a grandes cosas pero cuya progresión internacional se ha frenado.
Titular indiscutible en el once de Didier Deschamps la pasada temporada, Lemar ha visto como otros compañeros le pasan por delante y ahora son escasas las opciones que tiene de demostrar al seleccionador su valía.
Una de ellas puede tener lugar mañana en el tercer partido de la fase de grupos de Francia contra Dinamarca, donde el técnico aprovechará que ya tiene el billete de octavos de final para dar entrada a jugadores que han gozado de menos minutos.
Entre ellos el hasta ahora futbolista del Mónaco, que hace unos días hacía oficial su traspaso al Atlético de Madrid por 72 millones de euros, un precio de estrella que el jugador trata ahora de justificar.
Lemar era un hombre que ganó peso en el esquema de Deschamps durante la fase de clasificación para el Mundial. Sus buenas actuaciones con el Mónaco, con el que la pasada campaña llegó a semifinales de la Liga de Campeones y se proclamó campeón de Francia, se combinaron con apariciones estelares con la selección.
En agosto de 2017 le marcó dos goles a Holanda en partido clasificatorio y su nombre parecía despegar con rumbo hacia la órbita "bleu" para no abandonarla fácilmente.
Pero la nueva temporada no fue tan propicia, en parte porque en su club brillo menos, en parte porque una lesión en el hombro le mantuvo apartado de los terrenos de juego dos meses.
Deschamps, un hombre de fidelidades, no le retiró su confianza fácilmente, aunque paulatinamente fue fijando su mirada en otros jugadores que llegaban con fuerza.
El punto clave fue el amistoso de marzo pasado contra Colombia, que debía lanzar la campaña mundialista de los "bleus". Lemar marcó un gol y Francia parecía que iba a apuntarse una victoria fácil cuando se pusieron 2-0. Pero la reacción de los cafeteros se tradujo en una épica remontada que, de puertas para adentro, fue analizada como un toque de atención a los franceses a tres meses del Mundial.
En la mente de Deschamps, Lemar fue uno de los que bajó el pistón, aunque no el único y, desde entonces, sus minutos sobre el césped han caído a plomo.
Desde que comenzó la concentración para preparar el Mundial, el mediocampista ofensivo ha sumado solo 25 minutos sobre el césped, 21 frente a Italia y cuatro contra Estados Unidos, ambos amistosos de preparación.
Tras el aterrizaje en Rusia, Lemar ha desaparecido del radar, en beneficio de otros futbolistas en el sector ofensivo. Kylian Mbappé parece tener ya un puesto asegurado para muchos años, mientras que Ousmane Dembelé ha avanzado más rápido que el nuevo futbolista del Atlético de Madrid en la escala de preferencias de Deschamps.
Incluso el lionés Nabil Fekir se ha afianzado como el primer reserva en refrescar el ataque francés, algo que ha hecho ya en los dos primeros partidos de Francia en el Mundial.
Una situación difícil para un jugador de 22 años que, sin embargo, ha apostado por afrontarla con humildad. En la concentración francesa se destaca que no ha levantado la voz y se ha limitado a dejarse la piel en cada entrenamiento, una actitud que no ha pasado desapercibida a los ojos de Deschamps.
Quizá por eso, ahora que contra Dinamarca tiene la opción de verificar su fondo de armario, el seleccionador le ha dado una nueva oportunidad para demostrar que merece más peso en un equipo programado para llegar vivo al 15 de julio.
