El Cajasol se condena a sí mismo ante el Hapoel (72-76)
El Cajasol tuvo sus opciones, pero se acabó condenando a sí mismo a la derrota dando demasiadas oportunidades al Hapoel Jerusalem. Y eso que empezó bien el conjunto sevillano. El acierto en el tiro exterior le permitió abrir una pequeña brecha de siete puntos en los primeros tres minutos de partido (11-4), aunque dos pérdidas posteriores y consecutivas de Satoranski permitieron a los israelíes equilibrar un tanteo que aún así siempre fue favorable a los cajistas durante este primer cuarto. 26-20 fue el resultado final, y a partir de entonces llegó el despropósito absoluto. El Hapoel fue limando primero la renta del Cajasol, para después aprovecharse de las imprecisiones continuas en el ataque, fuera quien fuera el director de juego en el cuadro de Plaza. Un parcial de 9-24 resume lo vivido en estos segundos diez minutos. Nulo desde el perímetro, y blando en el juego interior. Con esos argumentos poco más se podía conseguir, por muchas rotaciones y variaciones que llevara a cabo el técnico badalonés.
Pero como el doctor Jekyll y Mr. Hyde, el Cajasol fue capaz de darle la vuelta al marcador en tan sólo dos minutos. El tiempo que tardó Kirksay en echarse el equipo a la espalda, secundado por Satoranski y Davis. 43-42, en ese tiempo efímero, gracias a un parcial de 14-2. Pero con esa misma facilidad, fue capaz otra vez de volver a convertir en un calvario cada jugada de ataque. Salvo algún acierto esporádico en el triple, Plaza optó por sentar de nuevo en el banquillo a su única base disponible, Satoranski, y el equipo cayó en una cadena de errores y pérdidas similar a la del segundo cuarto. Sin embargo, el base checo tenía reservada su mejor versión para meter a los cajistas de lleno en el partido. Ocho puntos suyos casi consecutivos y dos asistencias, dieron vida a los de Plaza. Kirksay de base no funciona y Bullock está para sopita y arroz. Sin embargo, en las dos oportunidades que tuvo el Cajasol de igualar el partido, o incluso ponerse por delante en el último minuto y medio, la precipitación que tanto acompañó el ataque cajista en grandes fases del encuentro, apareció de nuevo. Ivanov primero, forzando un triple innecesario, y Satoranski después con una pérdida evitable, dieron al traste con las últimas opciones de victoria cajista.