Entre la tormenta, no hay que olvidar el fútbol

Son días difíciles en el Sevilla. La entidad presidida por José María del Nido ha emprendido de forma enérgica e irrevocable una lucha contra los violentos que tiene sumido al club en un embrollo institucional. Y el lío apunta para largo.

Rota fue el detonante. Los incidentes allí protagonizados por ultras sevillistas acabaron con la paciencia del presidente —fuera de sus casillas aquel día—, que muestra una y otra vez su firme voluntad de erradicar la violencia del Ramón Sánchez-Pizjuán. Esto conlleva "un desgaste personal importante", como el propio Del Nido admite, pero la pelea ya está iniciada y ahora "no existe la posibilidad de dar un paso atrás", solo cabe afrontarla con la determinación evidenciada hasta el momento.
Esta batalla, además, genera reacciones como la de Cristóbal Soria, exdelegado del Sevilla, que pone de manifiesto la importancia que el club le ha dado durante estos años al apoyo por parte de los biris y el gol norte, hasta el punto de concederles privilegios. Ese considerable foco de animación ha dejado de alentar y ahora se centra en protestar contra la directiva, algo que Del Nido considera una "campaña de desprestigio", una fase prevista en este conflicto.
Pero no hay que olvidar que, en el fondo, lo más sustancial es lo deportivo. El fútbol, relegado a un segundo plano entre la tormenta debido al parón liguero, tampoco da alegrías. El último debate abierto gira en torno a la falta de gol del equipo, que mejoró su imagen en Vallecas pero que próximamente recibe la visita de los dos gigantes españoles con la necesidad de afinar su puntería.
El Real Madrid es el siguiente rival sevillista. Llega a Nervión, con el peligro que ello conlleva, el sábado 15 de septiembre. Aquí lo institucional puede afectar a lo deportivo. Mientras el club pide el apoyo total de la grada, el sector más animado del estadio es precisamente el que está en medio del enfrentamiento con la entidad y muchos aficionados, además, se quejan por los precios de las entradas. Luego, tras viajar a A Coruña, toca recibir al Barcelona.
El Sevilla encara estos duelos consciente de su complejidad, a sabiendas de que pueden seguir abriéndose brechas si no llegan los resultados. Es por ello que en estos días, más que nunca, conviene tener presente al equipo. No es buen momento para enfrentarse a los grandes, sin duda, pues un reto de este calibre necesita la suma de todas las partes.