El Sevilla vuelve a morder

Álvaro Ramírez IIIPuede que sea un efecto pasajero, o puede que no. Pero la verdad es que, tras cuatro partidos con Unai Emery en el banquillo, el Sevilla parece otro. Es mucho este equipo de reaccionar en situaciones así, y el papel del técnico será prolongar esta tendencia, pero de momento, en primera instancia, el Sevilla ha reaccionado, y lo ha demostrado ante el Granada.

Mucho de esta mejora nervionense desde la marcha de Míchel tiene que ver con los jugadores, pero otra parte importante tiene que ver con el entrenador, porque por fin parece que tiene entrenador el conjunto hispalense tras diversos experimentos. No es casualidad, por ejemplo, que en cuatro partidos con Emery en el banquillo el Sevilla haya recibido tan solo 10 disparos a puerta en total, a 2,5 de media. Tampoco es casualidad, por ejemplo, la disposición del equipo en el campo. Defensa más adelantada, presión más arriba, más agresividad. Como tampoco es casualidad que el Sevilla vuelva a jugar más por fuera y que sus dos pivotes, Kondogbia y Medel, se hayan convertido en pilares consistentes del equipo.

Esas son las mejoras a grandes rasgos de un Sevilla que además parece haberse reencontrado con el gol (siete en dos partidos, los dos en casa). Y además con aportación de la segunda línea, aunque sea a balón parado. Kondogbia y Medel marcaron y se sumaron al tanto de Negredo, que recupera la pólvora.
Mención aparte merece por cierto el encuentro del francés, y no solo por su portentoso cabezazo en el 1-0. Kondogbia le da al equipo hispalense posición en el centro del campo, presencia, recorrido y hasta remate. Está creciendo el galo y Emery lo respalda dándole la titularidad y los minutos.
A su rendimiento se han sumado el regreso de Rakitic y Negredo, la permanente presencia de la banda derecha con el omnipresente Navas y los apoyos de Cicinho y un buen Reyes.
Todo ello ha convertido al Sevilla en un equipo más agresivo y con más continuidad en el juego. Porque atosigó a un blando Granada en el comienzo del partido, pero también al final de la primera parte, y al comienzo de la segunda, y terminó el partido apretando al rival. Por eso, cuando llegó el golazo de Kondogbia de cabeza ya había gozado de oportunidades, y por eso el segundo gol de Negredo, tras exquisita asistencia de Rakitic, fue fruto de la misma tendencia de juego, y no ocasional. Y por eso, para cuando Medel hizo el tercero de nuevo en un saque de esquina, el equipo nervionense ya se sabía vencedor del encuentro, por resultado y por confianza, recobrada en los últimos partidos.
La gran pregunta ahora es ¿durará? ¿Serán estos cánones permanentes en el equipo? ¿Se volverán a perder las virtudes? De entrada tiene más argumentos el conjunto hispalense para lograrlo, tiene por fin un buen entrenador.
Pero esas serán preguntas para más adelante. Por ahora el Sevilla ha reaccionado, ha recobrado virtudes, ha ganado confianza y se presentará en el Calderón no como un corderito degollado, como hasta hace pocas semanas, sino como un equipo que vuelve a renacer y que vuelve a moder, por fin. Ya lo decía Emery el primer día. "Agresividad".