Ante el Tenerife, un partido de reencuentros
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El Betis recibe el próximo sábado a las 20.00 horas en el Benito Villamarín al Tenerife en el que será el primer partido de Pepe Mel ante su afición esta temporada. Pero no sólo será especial el encuentro para el técnico, pues hay otros condicionantes que hacen interesante el partido. No será un día más para Bruno, que se mide a su exequipo, donde llegó a ser valorado como uno de los mejores centrales de la categoría. Tampoco para el propio club tinerfeño, pues tal y como recuerda Mundodeportivo, el primer partido oficial de los canarios fue ante los verdiblancos.
Pese a no haber logrado la victoria contra el Alcorcón, el beticismo está ilusionado con Pepe Mel. Ya en el primer entrenamiento del madrileño al frente del plantel, fueron 10.000 gargantas a apoyarlo al estadio. Su destitución la temporada pasada no fue entendida por la gran mayoría de la hinchada, y a buen seguro que coparán el Villamarín el próximo sábado para acompañar a su técnico en su primer partido en casa.
Todo en un partido que jugará con casi total seguridad Bruno, canterano del Tenerife y que ya se ha erigido en el líder de la zaga verdiblanca tras 19 jornadas. Pese a haber sido cuestionado en el primer tramo de la temporada, sobre todo, tras su mala actuación frente a la Ponferradina, su nivel en el último tramo del campeonato está siendo más que aceptable. No será un partido más para el central, pues se formó en las categorías inferiores del club canario, y adquirió su actual valor gracias a sus actuaciones la temporada pasada en Segunda, donde fue uno de los defensas con mayor reconocimiento. Su cariño a los tinerfeños es total, y ya ha comentado en más de una ocasión que tiene marchado este choque con una cruz en su calendario.
Por último, también será un reencuentro especial para el Tenerife pues el Betis fue el rival ante el que los tinerfeños jugaron sus primeros partidos oficiales en una competición de ámbito estatal. Lo hizo en una eliminatoria de la Copa de la República que se disputó en mayo de 1932, tal y como recoge Mundodeportivo. Con el conjunto bético recién ascendido a Primera División y con los insulares con el título de Campeón de Canarias, los tinerfeños se estrenaron en la copa de España en un cruce con el Betis, que durante el periodo de la II República perdió el "Real" de su nombre.